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"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"







Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com




domingo, 11 de julio de 2010

Vivir lo que se cree

"Tras de un amoroso lance,
y no de esperanza falto,
volé tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance."


Cuando pienso en San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Jesús, lo primero que se me viene a la mente son personas con una gran vida interior. A pesar de estar siempre de un lado a otro. Tenían un gran castillo anterior: un castillo de roca. Vivían en medio de una sociedad en la que, como esta, la gente predica una cosa y hace otra. Hacían falta hombres y mujeres como ellos: consecuentes.

Me encuentro, a menudo, con que digo una cosa pero hago otra, con correos que me animan a una cosa y luego, unos emails más adelante, me animan a hacer lo contrario o incluso con homilías donde "haced lo que el cura, este cura, os diga pero no lo que el cura, este cura, hace" es lo que más abunda. Por eso me gusta tanto conocer a gente consecuente, a gente que VIVE LO QUE CREE. En el fondo, personas que son consecuentes, como todos los santos. ¿No estamos acaso en una época de grandes santos? ¿No nos hace falta, más que nada, ejemplos concretos? Cuando el Papa animó a los sacerdotes a ser santos, salté de alegría. Ellos, vosotros, sacerdotes, que cada día hacéis presente a Cristo en la Eucaristía, en la Confesión... vivid como os lo pide el corazón, como os lo pide el Señor.

Antes de venirme a casa, en Granada, tuve la suerte de ver la película "La última cima". Habla de un sacerdote, un sacerdote que vivía lo que creía. He tenido mucha suerte de rodearme de curas que son así.

¿Es que sólo los curas están llamados a alabar a Dios con su vida? No. Creo que ese ha sido durante mucho tiempo mi error. "Cómo voy a hacerlo yo si ni el párroco lo hace" era mi justificación. Hasta que pensé en Cristo, Santa Teresa, San Juan, mi madre, algún amigo... ¿Qué tenían ellos para poder llevar a Dios donde fuera? Sé lo que no tienen: miedo.

Se puede vivir lo que se cree, pero con miedo porque así es más fácil. Si en la oración le digo al Señor mil y una vez que lo quiero, ¿qué me impide decirlo cuando salga el tema? Es fácil ser cristiano en la parroquia... se complica la cosa cuando los vientos no son tan favorables.

Eso es primero que me ha enseñado el Carmelo: vivir en lo que creo, vivir en Dios. La actualidad de Santa Teresa y San Juan no podría ser mayor. Pero siempre tengo presente en quién se fijaron como ejemplo: en la Virgen. ¡Qué mayor ejemplo de vivir en Dios si hasta Le dio vida! No será porque no tenía cosas en contra... Entonces, si tengo las cosas tan claras, ¿por qué no me pongo en acción, como todos ellos? Las palabras, pocas veces se convierten en actos. Es por que sigue habiendo miedo en el corazón. Es miedo a no ser entendido, a no estar en la onda, al rechazo, a la dificultad.

En nuestra mano está ser católicos en lo bueno o ser católicos siempre. En nosotros reside la llave de una entrega a ratos o una entrega total. Como dicen en mi tierra ¡estamos apañados! Depende de nosotros... pues no saldrá bien, seguro. ¿Y si os dijera todo lo contrario? ¿Y si os doy dos formas de perseverar siempre? Más de lo de siempre: eucarístia y oración. Todo viene de ahí. Y con esta advocación tan maravillosa de Nuestra Señora del Carmen, que nos socorre sobre todo en mitad de la tormeta, ¿qué más queremos?

Como hace 6 meses, cuando comenzó este blog, os anuncio que se acabó. En febrero se acabó la tristeza, hoy, se acabó el miedo. No me gusta callarme las cosas, no me gusta ponerme colorado, no me gustan las excusas ni las medio verdades, y sobre todo, no me gusta ponerle límites al amor que tengo hacia Dios. Él no se lo merece. De esta forma estaré diciendo un poco más seguro: “Lo que Dios quiera, como Dios quiera, cuando Dios quiera” (Santa Maravillas de Jesús). Así, con esta intención, os encomiendo y, por una vez, me uno a vosotros y me encomiendo también a la Virgen del Carmen. Espero que entendáis lo repetitivo que soy: tenemos a la mejor Madre. Yo lo aprovecho. Veremos si no me llevo la reprimenda en el cielo por ser un poco insistente.

1 comentario:

  1. Hola Hermano, Dios te Bendice. la vida de esta mujer es una vida interesante llena del amor de Dios que nos acerca al encuentro con Cristo.

    Cuenta con mis oraciones y con las oraciones de la comunidad.
    me tomo el atrevimiento de invitar a tus seguidores del blog a participar del mio,se que sus comentarios me ayudaran a ejercer mi ministerio.
    Att Fr Andres Viaña OP.

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