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"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"







Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com




sábado, 24 de julio de 2010

La conversación

Siento, hermanos, tener que haceros esperar un poco con la sorpresa pero creo que la entrada de hoy merece que la aplacemos un día.

Escribo tan tarde por un gran motivo. Hoy ha sido, sin más remedio, el día de la conversación sobre mi vocación con mi hermana. Como recordaréis, después de Jueves Santo, encomedada ya la misioncita, hablé con mi familia y les dije que yo era todo entero para Dios pero que eso no significaba que abandonara a mi familia.

Sé, por mi madre, que noches después, yo ya en Granada, hubo llantos por parte de mi hermana. Tiene 14 años. Ciertamente, ella es muy reaccionaria (supongo que la edad influye) a todo lo que le haga doblegar su voluntad y con la religión no iba a ser menos, aunque, eso sí, siempre venía a misa y rezaba con nosotros. Desde esta Semana Santa no permite ni siquiera que hablemos nada de Dios. El cambio ha sido radical y ya me di cuenta cuando dejó de preguntarme sobre la vocación...

Recuerdo que estando yo en Granada, me llamaron desde aquí y me dijeron que mi hermana lo estaba pasando mal por ese tema. Estime oportuno callar y no azuzarla más. Total, esta noche, una noche normal, le enseñé un video de unas religiosas jóvenes que contaban cómo fueron llamadas... "Vaya tontería". Como yo no reaccioné dijo la frase que más daño me hace "Y tú, vas a abandonarnos, como ellas". Sinceramente, más que dolor, he sentido pena, pena de ella porque la rabia de no tenerme cerca no permite que su alma se acerque a Dios. He de deciros que es tanto el amor que tengo por Cristo y tanta la pena que me causa esta situación que mis ya de por si pobres palabras, esta noche han sido más pobres aún.

Mentalmente me he encomendado a la Virgen y ha comenzado la conversación:

"Entedería que te fueras a África, me dolería, pero lo entendería; o incluso que te fueras diocesano..."


"No se trata de eso. Mira, ¿tú nunca has estado enamorada? Pues yo..."


"A ver, tete, es que vas a desperdiciar tu vida. ¿No te das cuenta de que vas a estar muriendote y vas a pensar que qué has hecho con tu vida? ¿No te da pena?"


"No me perdéis, ¡me ganáis!. ¿De qué te sirve tenerme siempre a tu lado si no soy plenamente feliz?"

"Todo está en tu imaginación y me da rabia porque no te das cuenta. Y lo peor es que no te das cuenta. ¡Nos dejas sin ningún tipo de lógica!¡Entiendeme, que te pierdo!"


"¿Hacemos un trato?"

"No, tete, porque es absurdo todo esto."

"No pretendo que me entiendas, tan solo pretendo que veas la realidad: no os abandono".

"¿Cuándo vas a vivir la vida, tete?"

"¿No te parece que me quieres de forma egoista?Te entiendo pero te has encabezonado"

"Sí, te quiero de forma egoista, me da igual. Nunca lo entenderé. Y aunque te vea el hombre más feliz del mundo, tete, no te entenderé"

Si os digo que no me ha dolido, os estoy mintiendo. ¡Claro que duele! ¡Mucho! Pero se queda en eso, dolor. No es un desgarramiento. Es una pena honda por ella. Me agarro mucho a la Virgen. ¡Sé que conseguirá cambiar su corazón! Está, quiera o no, en la peor edad para asumir esto.

Lo que sí me ha dolido ha sido la frase demoledora de mi madre:

"Hijo mío, tu hermana tiene que aceptar que esta familia, como todas, se destruye".

"No se destruye, evoluciona, cambia a mejor, ¿no crees?"

Silencio. Cerró la puerta. Recé.

Esta última frase si me afectó pues, por fin, detrás de las muchas palabras de ánimo sé lo que se esconde en cada uno de los corazones de mi familia. Y me afectó más porque para ella, salvo la pena de poder tocarme, no encuentro motivo para su tristeza, sobre todo una persona con tanta fe. Me afecta porque "se me dará el ciento por uno" pero ¡cuánto cuesta dar el uno!

De verdad que el Señor me quiere, hermanos. Pues después de rezar delante del crucifijo, todo ha sido paz. QUIERO SEGUIR SIENDO POR ENTERO DE EL. Eso no implica abandonarlas. ¡Qué locura sería esa! ¿Podré hacer felices a mi alrededor siendo yo feliz a medias? NO, NO, IMPOSIBLE. Y más siendo mi felicidad Dios. De verdad, hermanos, que ansío tener cada vez más un corazón un poco más semejante al de Cristo. Así, podría amarlas más aún.

De todas formas, no tengo queja de mi familia, ¡no puedo tenerla! Hoy me contaba una madre carmelita que la ha llegado hoy al convento una joven que ha tenido que escaparse de casa para entrar... ¡No tengo queja! Tengo que entender que debe costar mucho para ellas asumir una segunda pérdida de alguien de la familia. Me duele poner esto por escrito pero así alguno o alguna que lo lea sabrá que somos muchos los que pasamos por estas situaciones. Siempre encomendaros a la Virgen para hablar, de verdad, hacedlo. A Ella, a la Virgen del Carmen, que pone paz a la tormentas, os encomiendo. Gracias por escucharme.

6 comentarios:

  1. Muchos y muy variadas de historia, yo l ehe dicho a mi madre esta semana, en medio de la oscuridad y antes de dormir, se que lloro por que siente que su familia se quiebra como lo has dicho tu...tienes mucha razon ¡Cuanto cuesta dar el uno!, pero debemos tratar de que comprendan que detras de los muros del claustro, debajo de la sotana o en medio de la mision el mundo seguira siendo mundo, por que Dios esta en todas partes. Saludos y Bendiciones.

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  2. Supongo que no deber ser fácil oír eso y menos de tu madre...no creo que la familia se destruya creo que crece, que aumenta!
    Rezo por ti lo sabes y mas que por ti por tu familia por que todos pasamos por esto.
    Un abrazo hermanito¡Animo y adelante!
    Mamá María cuida de ti!
    Ah espero la sorpresa!

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  3. Tengo 62 años. Esa conversación que has tenido con tu hermana la tuve hace muchos años con mi hermano. Él sigue sin entenderlo...pero,¿sabes? Cuando tiene algún problema es a mi a quien acude. Sigue negando a Jesús, pero sigue hablando, detrás de mi, con orgullo de su hermano. No sufras. Ellos verán que quien estará más cercano serás tú. Un gran abrazo y que Dios te acompañe: Hno. Joan Josep (La Salle)

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  4. Estimado Francisco tal como te explica nuestro amigo joan Josep, esto es muy frecuente cuando decimos a la familia y amigos que tenemos vocación. Yo me quedé absolutamente sola , nadie me apoyó, al contrario fue muy duro oír sus reprensines. Pero Dios era mucho más poderosao que todo el amor humano. Algunos, pocos al verme feliz ya estásn más tranquilos y las más se han alejado aún más de la Iglesia, pero no de mi persona, han pasdado 19 años de mi vida de consagrada y aún les tengo a mi lado, con sus quejas, pero a mi lado.
    Un abrazo en Cristo..
    P.D.T¿Te olvidaste de actualizar «Estoy a tu lado»

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  5. Voy a sonar fría y distante, pero esto es sólo un proceso, que venimos sufriendo desde que nacimos. Es el proceso de los duelos.
    Son igual para todas las vocaciones, al matrimonio o a la vida consagrada o sacerdotal.
    Bueno creo que por ahí va la cosa.
    Saber que se deja el seno familiar por parte de algún miembro siempre es doloroso en el instante, ya despues con el paso del tiempo se entiende.
    Estas en mis humildes oraciones.
    Besos.

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  6. Hola Francisco, hermano no dejes que el tiempo pase, escucha tu corazón, creeme que si actuas rapido y sensatamente el dolor pasara y sanara pronto. Tu familia te dice que te ama, pero ellos deben de saber que tu los amas todavia más. Así como Pedro dejo esposa e hijos por seguir a Jesús, deacuerdo con lo que tu corazón te dice, tu tambien debes actuar y entre más rapido tomes una decision, más rapido llegara la tormenta y despues de la tormenta te vendra una paz interior tanto para ti como para tu familia. Recuerda escucha a tu corazón.

    Animo, rezare por ti y tu familia...

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