Contacto

"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"







Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com




lunes, 28 de junio de 2010

La maletilla

Como decía Machado en sus "Proverbios y cantares":

"Todo pasa y todo queda".

Es cierto, no es otra cosa que lo que se nos repite en el Evangelio: estamos aquí de paso. "El que es honrado en lo poco también es honrado en lo mucho" (Lc 16, 10). Nosotros vivimos en lo poco. Lo grande, lo mucho es el cielo: a vivir allí estamos destinados.

Un día, un familiar me preguntó por qué siempre tenía una maletilla en el suelo de mi cuarto, sin deshacer, lista para cualquier urgencia. Le dije la verdad, que es la única forma de acordarme de que no estamos más que de paso, que nada vale aquí, salvo el Amor de Dios, entregarse del todo a El. Desde entonces, mucho le debo a la maletilla, de verdad.

Hoy mismo, hemos sabido que las dificultades económicas vuelven a mi casa. Algunos años atrás, habría habido en estos días más "uff" y menos referencias a la confianza a Dios. Cuando he colgado el teléfono me ha invadido una sensación de paz y miré la maletilla. Y es que, mi familia y yo cada vez vemos más que la paz sólo la da el Señor, que queremos vivir cerca del Señor. Como me decía un hermano enviado por Dios hace unos días: tenemos que ser como la radio, estar siempre sintonizados con el de Arriba pues, de otra forma, no captamos más que interferencias y no somos otra cosa que instrumentos inútiles.

Esto mismo se lo debo, en parte, a esta maletilla. Hay que tenerLo siempre presente. Hasta cuando me dicen la nota de un exámen, cuando estáis preparando tantas cosas para las vacaciones con los pequeños, cuando estáis esperando la llamada del prior o la superiora para ver cuando entráis al convento, cuando vivís con la comunidad allí por Cádiz, cuando las tesis en Argentina cuesten trabajo, cuando dentro de la clausura las cosas no salgan según los previsto, cuando veis a ese hombre en la calle pidiendo... si perdemos eso, si perdemos el Centro de nuestras vidas, ¿qué nos queda sino morir en vida?

Os pido un favorcillo: tened presente en vuestras oraciones a un hermano que está siendo valiente en la entrega al Señor. Pedid pues todos sabemos lo dificil que es desprenderse de las cosas del mundo y ser valientes. Apoyemoslo ahora que nos necesita. Estáis en cada minuto de mis oraciones. Os encomiendo al Corazón de la Virgen, para que siempre os cuide y os ayude. Gracias hermanos, de corazón.

jueves, 24 de junio de 2010

Lo que da de sí un paseo

Acabo de llegar del paseo, como lo acabo de bautizar, "el paseo por las almas". Lo necesitaba, y peor aún, lo necesitaré de ahora en adelante, me temo.

Hoy, se acababa la primera ronda de exámenes (buen día, ¿no? que celebramos el nacimiento de lo nuevo y la muerte de lo viejo, muy providencial). Con esta primera etapa se acabó una persona. La angustia, muy a mi pesar, se impuso a la alegría del Evangelio durante los pasados días.

Pero, como tenemos que hacer de toda cruz nuestra salvación, la Virgen me ha enseñado varias cosas. Me ha enseñado a miraros al corazón y a mirar al resto al corazón. Desde luego, estoy convencido que nos quiere tanto que salta de alegría viendo cómo aprendemos, por eso es tan buena Maestra.

Todo el día dándole vueltas. ¿Si yo estoy tan mal, cuántos no estarán mal en esta misma ciudad y mucho peor que yo? ¿cómo saber de sus sufrimientos y rezar por ellos? Como el examen lo tenía un poco pasadas las 3 de la tarde. Pues decidí rezar la Coronilla por el camino... y, de esta forma, sin darme cuenta, iban pasando ante mis ojos las necesidades de las personas. Y yo, a la vez que me sorprendía, imploraba misericordia por ellos. ¡Así es como trabaja Dios! ¡Es así como enseña la Virgen, sin darnos cuenta! Mi angustia se redujo a nada. No tengo tiempo para pasarlo mal, hay muchas almas que necesitan una ayudita, necesitan corazones alegres, sinceros, fieles, firmes, constantes, que nunca abandonen. Viviendo esta experiencia llegué a la facultad.

Al finalizar el exámen, fui a la parroquia, me puse de rodillas, y grandes ríos de amor y preocupación corrieron entre dos corazones: el mío y el de mi Cristo, en el Sagrario. Salí y con el rosario en la mano, me he dirigido al parque. Allí, silenciosamente y despacio, con mi decena en la mano, lo he rezado paseando. Ha sido el segundo paseo. Y en este, al igual que en el primero he visto cómo la gente vive y qué necesita. Este ha sido mi rosario particular.

Me he propuesto hacer de vez en cuando estos "paseos por las almas" que tanto me ayudan y ayudan a los demás. Pero vaya, tampoco tengo que irme muy lejos pues por teféfono, en la facultad o incluso en mi piso se ve lo que el alma necesita. Ese será mi apostolado. Hay que estar alerta, hermanos, siempre vigilante. No podemos dejar de pedir por todas las almas. Ni una sola se nos puede olvidar. ¡Harta empresa! Pero más harto es el Apoyo que tenemos. Gracias por ser hermanos, compañeros en este viaje. Sois un regalo celestial. Os encomiendo, como siempre, a esa Reina del cielo y de la tierra que tanto nos da.

lunes, 21 de junio de 2010

¿Como el joven rico?

Es cierto lo que dicen de que el hombre es un animal de costumbre. Y depende de qué habito tengas, así te costarán más o menos las cosas. Dios conoce muy bien esto.

Hermanos, ¿qué puede ocurrir cuando el Señor te apremia y tu lo dejas en stad by? Empieza mostrandote poco a poco lo que te quiere, con acciones completamente divinas. Continua con hacerte sentir la Gracia. Sigue dandote revelaciones de qué es lo que pretende de ti. Y es aquí donde se prueban los corazones más valientes y que más lo aman.

Justamente, yo acabo de recorrer las tres etapas, como supongo que muchos de vosotros. Y estoy experimentando la sensación que me confirma, una vez más, lo mucho que le urge a Dios la obrita que nos ha encomendado. He de deciros que desde hace mucho tiempo tomé a Dios como un verdadero Padre, el único que pase lo que pase estará ahí. Así, acudo habitualmente a El para tomar fuerzas, para poder continuar adelante, contandole todo como un hijo pequeño hace con su padre.

Ahora, como bien sabéis, los estudiantes estamos "de exámenes". Dios me tenía acostumbrado a darme grandes consuelos especialmente en este tiempo, mandandome fuerzas que eran evidentes de donde provenían. Hasta el punto de llegar a estudiar varios exámenes en la cama de un hospital, y luego sacar bastante buena nota. Son estas cosas que surgen de la confianza en Dios pues cuando te ves impedido por algún motivo El es lo único que te queda.

Ahora, hermanos, me está ocurriendo lo contrario. Ya no es que eche en falta el consuelo de Dios (que por supuesto), es que me está quitando hasta las fuerzas físicas y mentales. Y lo curiosos es que no soy el único. Esto, hermanos, me está costando mucho. Los exámenes de este cuatrimestre me están costando hasta la salud. Bienvenida sea la enfermedad para poder alabar a Dios en ella. Siento mucha impotencia pues sé que puedo hacerlo, pero no en estas circunstancias.

Cuando impones tu voluntad a la de Dios, corres el riesgo de no saber valerte por ti mismo. Y hasta aquí puedo leer, como decían en aquel programa. Si os puedo decir una cosa: la carrera me la tomé como algo personal, no como una necesidad de este tiempo. Fue el mayor reto de todos. Ahora, me doy cuenta que el mayor reto es seguir a Dios. ¿No fue esto lo que le pasó al joven rico, que cuando había hecho todo y Jesús le pidió desprenderse de sí mismo, vaciarse de sus tesoros, lo que más amaba, y él se va triste?

Hermanos, ¿qué puedo hacer? ¿Qué hago cuando Dios suspira por mi alma por entero? ¿cómo decirle que se espere, al menos, un año más? No sé si podré aguantar sin su ayuda, y me temo que me ha dejado bien claro qué es lo que me pide. El otro día, a unas monjitas de clausura amigas les comentaba este problema: "somos de la opinión de que siempre se debe tener algo que te avale civilmente pero la locura que te pide quizá requiera de grandes sacrificios".

Ciertamente, hermanos, las grandes cosas requieren de grandes sacrificios. Dejar que mi corazón sea su casa por toda mi vida en la tierra requiere vaciarme todo mi yo, abandonando hasta el mismo concepto, para dejarle espacio a El. "Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias" (Sal 51, 19)

Cuando se nos rompen las costumbres tenemos dos opciones, acostumbrarnos a la voluntad de Dios o acostumbrarnos a luchar toda la vida. Hermanos, algunos estamos ahora en una etapa de lucha, esa lucha que siempre hemos evitado y tan fácilmente hemos buscado argumentos, una lucha que hasta da vergüenza haber llegado aquí. Mientras, a pesar de esta falta de fuerzas, este desfallecimiento que no me permite casi asimilar nada, me sigo encomendando a mi Padre pues en el "aprieto siempre me da anchura". ¡Qué infeliz se está cuando se va en contra del buen Dios! ¡Bien sabe El lo que me cuesta tener que olvidar todos mis planes y lanzarme! ¡Mi costumbre es aferrarme a lo seguro! Sigo esperando en el Señor. Seguid esperando en el Señor.

Como siempre, os encomiendo a la Virgen. Preguntadle a Ella qué quiere su Hijo de vosotros, que os lo dirá tarde o temprano.

jueves, 17 de junio de 2010

Ayudémosle

"Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?
Pedro le contestó:
-Sí, Señor, tú sabes que te amo.
Entonces Jesús le dijo:
-Apacienta a mis corderos.
Jesús volvió a preguntarle:
-Simón, hijo de Juan, ¿me amas?
Pedro respondió:
-Sí, Señor, tu sabes que te amo.
Jesús le dijo:
-Cuida a mis ovejas.
Por tercera vez insistió Jesús:
-Simon, hijo de Juan, ¿me amas?" (Jn 15,15-17)

Jesús, una vez Resucitado, vencida la muerte, tiene una preocupación: no dejar turbada el alma de Pedro. Tres veces lo negó y tres oportunidades le da Cristo de reparar la ofensa, de que su alma halle la paz. Siempre la misma respuesta: APACIENTA A MIS OVEJAS.

Es este mismo Corazón que no para de dar oportunidades... ¿somos todos como Pedro? ¿Cuántos no responden? ¡Está clarisimo!¡Se deshace en tierno y generoso Amor por nosotros! "¿me amas más que estos?"

¡Es hora de responderle SI, SI, SI SEÑOR, TU SABES QUE TE AMO! ¿CUAL ES TU PREOCUPACION? "Apacienta a mis ovejas". Es el último mensaje: darLe a los hermanos. ¡Gran misión! ¡La misión de la Iglesia!

Es aquí donde nace la Necesidad de Dios.El siemrpe quiere darSe al alma. Los hombres somos los portadores de Nuestro Señor. Es aquí donde nace nuestra vocación: acoger al Señor con todo el amor del mundo por todos los corazones que lo rechazan. Hacer de nuestra vida, por entera, Su Morada. Una Morada de Alivio. Esta aventura requiere vaciarse por entero para poder llenarse por entero de Dios.

¡Es Dios el que nos convocó desde el principio! La Necesidad de Dios de fundar en nuestros corazones nos apremia, nos urge, nos llama al cambio inminente. Es una vocación sencilla y silenciosa. ¿Cómo lograrlo?

Dios nos dejó los dos mejores regalos que podria habernos dejado: la Eucaristía y su Madre. Con ellos, todo lo podemos, absolutamente todo. ¿No es acaso en la Eucaristía donde se nos da por completo diariamente? ¿Acaso no está en el Sagrario a cada instante preguntandonos si le amamos? ¿No tenemos la Madre que más nos quiere? Aprendamos de ella, que tan bien apacienta a sus ovejas dandonos a Jesús sin medida.

Esta vocación requiere de una vida como la de la Virgen: humilde, serena, casta y entregada. En definitiva, una vida de total servicio al hermano a través del servicio a Dios. Una vida como la de Nazaret:

Alegría de espíritu, que nace del gozo de tener esta "morada divina" en nosotros. Imposible contenerla.

Paz de alma, ya que vivimos un "trocito de cielo en la tierra."

Pobreza, pues sabemos que sólo con El nos basta.

Permanente servicio, velando el Corazón de Cristo, orando por todos los hermanos, sirviendonos entre nosotros.

Castidad, muestra del compromiso tan grande que tenemos hacia El.

Silencio, que crea el ambiente necesario para escuchar lo que necesita en cada momento.

Amor a la Eucarístia, con continua adoración, no dejandola sola un instante en el Sagrario, haciendo de cada jornada una continuación de la misma.

No es otra cosa que lanzarnos a ser MARTIRES Y ADORADORES DE SU AMOR: mártir pues gastamos hasta el último aliento por su Amor y Adorador ya que cuidamos suave y continuamente de su Corazón. Nuestra Madre, María, será nuestro Auxilio, nuestra Colaboradora, nuestro Modelo. Y con Ella, poder ser fieles a la vocación. En definitiva hermanos, buscamos que nuestras almas alcancen la santidad a los ojos de Dios para poder ofrecerle lo mejor a Cristo: este es nuestro ideal de santidad.

Los signos externos, hermanos, deben mostrar todo esto. Deben mostrar la cantidad infinita de Amor que da el Señor; bien podría ser así nuestro hábito. Al igual que Cristo mora y descansa en nosotros,así moramos y descansamos nosotros en el mejor convento de todos: su corazón. Nuestro convento terrenal debe ser igual para toda alma: un lugar donde descansar del mundo y sobre todo encontrar el amor de Dios. Bajo la mano de nuestra Santa Madre Iglesía, obedeciendola en todo y yendo allí donde nos mande. Aprendemos de las almas que volaron alto en la contemplación: Santa Teresa de Jesús, Santa Teresita del Niño Jesús, Santa Margarita María de Alacoque, San Bernardo, San Agustín, Santo Tomás y San Bruno.Tomamos prestado enseñanzas de la vida activa a Padre Damián, el Santo Cura de Ars y San Alfonso María de Ligorio

¿Dificil empresa? Nosotros, sus siervos, que poco tenemos y sabemos, debemos confiar, confiar y confiar. Ese es el mayor impedimento de nuestro tiempo. Lanzarse cuesta mucho pero tanto más se nos dará. ¿No es preciosa esta entrega? Queda todo por hacer y Cristo necesita de nuestra mano. Ayudemosle: matsim100@hotmail.com

lunes, 14 de junio de 2010

EL LLAMAMIENTO



El Señor nos ama tal cual somos.

El Señor sabe de nuestras debilidades.

El Señor nunca falla.

El Señor nos da la felicidad.

El Señor nos ha salvado.

Hermanos, a todos aquellos que sentimos que el Señor es nuestro mayor tesoro; a aquellos que tenemos miedo de saltar a sus brazos para toda la eternidad; a todos los que vemos en Cristo al Amor Supremo; a aquellos que nos ha mostrado su Inmensa Misericordia; a aquellos que es sólo el Señor nuestra alegría... a todos estos nos llama el Señor para un camino especial.

En un rinconcito del Corazón de Cristo, El, nos está esperando hermanos. El dolor que siente es tanto que nos pide que nos consumamos desde ya por El.

Si el Señor nos llama a cuidarLe, si el Señor nos está insistiendo en entregarle la vida, si es el mismo Señor el que nos necesita quizá sea este mensaje una forma más de llamarnos.

Con el beneplácito de Cristo y con la ayuda de la Nuestra Madre:

DIOS NOS CONVOCA A SEGUIRLE

Cristo necesita fundar en nuestro corazón su descanso. ¿Estamos listos hermanitos? Seguramente no. Eso no es lo importante. A Dios le urge tanto que está llamando a seglares como nosotros, pobres y sin pertenecer a ninguna congregación o grupo, para ser SU GRUPO, el grupo de sus siervos pues respondemos a sus Necesidades. Vivir como verdaderos hermanos cuya única preocupación sea cuidar de su Corazón. Intentar ser santos a los ojos de Dios para poder ayudar con la oración y el ejemplo al hermano, llevando una vida "celestial en la tierra". Todo con gran sencillez y enorme entrega. ¿Nos llama Cristo a esta aventura? Siendo nuestra vida pobre pero alegre, sirviendonos entre nosotros, siendo el más grande el más pequeño, nuestro verdadero hábito el Amor de Dios, nuestro verdadero Convento su Corazón y nuestra misión cuidar del Señor. Y así quiere Cristo reflejarlo en el estilo de vida que necesita fundar. ¡¿Queremos aliviarlo un poco?! Gran empresa nos pide, pero tanto más se nos dará.

Desde hace unos meses está encomendada esta aventura a la Virgen, a religiosas y a enfermos. Encomendadlo vosotros también hermanos, por el Amor de Dios.

Os dejo el siguiente correo para comenzar está gran empresa que Dios nos pide:

matsim100@hotmail.com

Cuanto antes respondamos, antes vivirá Cristo en nosotros. Seamos fieles. Ánimo, hermanos, mucho ánimo. Os encomiendo a todos vosotros, elegidos, al Sagrado y Necesitado Corazón que no importa como somos, sino como seamos ante Sus Ojos.

PD: A todos los lectores, les ruego que difundan este mensaje via blog, correo, o como mejor estimen oportuno de tal forma que llegue a muchas personas. Recordad que son muchos los llamados y pocos los elegidos.

domingo, 13 de junio de 2010

Lección de humildad

Hay multitud de carismas pero un mismo espíritu. Esto lo sabemos todos pero ¿lo vivimos? yo, a día de hoy, no.

Hermanos lectores, siempre hay quien me pregunta si pertenezco a alguna congregación, grupo religioso, etc... No, no pertenezco, tan solo soy un seglar, como muchos de vosotros. Hablaros hoy de carismas es extraño. Pero es que carisma no es otra cosa que ofrecer lo que tienes a la comunidad.

¿Qué le puede ofrecer un pecador al mismo Jesús? No nos dejemos llevar por las tentaciones. A mi eso es exactamente lo que me ha pasado. ¿Qué puedo yo ofreceros? Nada, absolutamente nada. Todo el día el mismo pensamiento. Y es que creo que ha dado comienzo. Por fin mi Dios me está dando la oportunidad de demostrarle mi amor. Decía el Santo Cura de Ars que pareciera que tuvieramos que estar alegres de ser tentados pues al vencer ganamos para Cristo un pedacito más de alma.

Esta tentación a echarme para atrás, a arrepentirme, me ha servido para descubrir a Dios en alguien impensable: la comunidad en toda su esencia. El celebrar esta tarde la Eucarístia, tener la Exposición del jueves hoy y rezar vísperas con una comunidad de vida activa y los feligreses ha sido descubrir a Dios en el rincón más insólito. Pues la tentación dio paso al Encuentro con el hermano, con cada uno. Saberme débil como todos, pecador como todos y sobre todo, amado como todos me ha dado un lección grande de humildad.

No es que yo sea especial para Dios, es que para Dios todos somos especiales. Es una forma nueva de descubrir el Evangelio, el Mensaje de Dios: todos debemos aportar nuestro carisma a la comunidad para poder ser más del Señor. ¡Cuánta soberbia he tenido hermanos! ¡Mi santificación se haya también en vosotros!

Interpreto esto como la necesidad que tienen Dios y mi propia alma de compartir al Señor día a día en una comunidad. El alivio de esta necesidad recién descubierta es saberme Amado y Salvado.

Yo, hasta ahora, he sido un acérrimo defensor de muchas cosas que, bajo mi punto de vista, podrían mejorar la vida religiosa. Hoy, entre ellos, se hayaban algunos de esos "defectos" a mi modo de entender. Con esa hospitalidad recibida me he visto soberbio. Pues su delicadeza está en el trato con los hermanos. Y buscan a Dios, lo buscan siempre.

Hoy, hace 4 años de la muerte de mi abuelo. Fue el primero al que pude admirar de la tierra. Y es que, sin duda alguna, mi familia es una bendición del cielo, al igual que vosotros. En cada uno encuentro un poquito de Dios y me veo un poco más débil. Pero tenemos a Cristo. ¿Qué tendrá Dios que cuanto más suyo soy, más débil me veo? Ahora me veo mucho más atrás en el camino hacia El que en febrero.

Dios, hoy, me ha concedido la gracia de tener una "charla espiritual". Dios quiera mandarme ya un director espiritual pues se me salen del corazón las punzadas del Señor. Gracias por ser, todos vosotros juntos, mi pequeño director, y por tanto, mi pequeño Cristo en la tierra. Os encomiendo, hermanos, a María.

El gozo del Señor

Hoy he vivido mi primer día consagrado al Corazón de Jesús.

Ha sido una delicia: mostrandome sus Necesidades y mis Debilidades. Tenemos siempre que estar alerta, hermanos, siempre alerta. Entiendo ahora más que nunca a aquellos que dicen saberse más pobres y pecadores cuanto más cerca de Dios están.Una de las Gracias asociadas a este estado es la de la delicadeza espiritual contigo mismo.

¿Cómo llevar esta consagración fielmente en medio del mundo? Hoy, cuando salí con mi crucecita al pecho y mi Dios descansando en mi corazón me sentí el hombre más feliz. Noté que El estaba contento. Quiero ser sagrario viviente. ¿Como conseguirlo? Me vienen a la mente palabras del beato Manuel González: cuánto le dolió ver sagrarios sin velar. Y es que, hermanos, ¿qué es de un sagrario sin alguien que lo vele? ¿qué es de un Cristo sin nadie al pie de la cruz? ¿quién recogerá todo el Amor que irradia? Estoy seguro que muchos misioneros, sacerdotes y laicos querrían tener el don de la ubicuidad para estar una parte siempre delante del sagrario. Esto mismo me pasa a mí.

Deseo cuidar hasta el más mínimo detalle, hasta el más insignificante. Por suerte, tengo muchas limitaciones hoy día: motivo para redoblar esta delicadeza y trabajar con más ahínco. Nunca desfallezcamos hermanos.

Las grandes obras se hacen en el mayor de los silencios. Como todos sabemos, nuestros blogs no son los más famosos de internet, nuestras iglesias no están llenas,... pero si todo esto lo hacemos con delicadeza, si de verdad dejamos de quejarnos y amamos, solo amamos, todo cambiará. La gloria del Señor en la tierra sería comentada en el cielo.

Este cambio es posible. Tenemos tiempo, ganas y a la Virgen como Auxilio. Tenemos un Dios deseando darse a nosotros. ¿Qué nos falta? Valor. Nos falta valor. ¿Nos urge el Amor de Dios? Cristo nos necesita. Fijaos que contradicción: El se muere dandose y la mayoria no lo quiere. ¡Qué Dios tan Grande, tan Sublime!

Por eso, os animo, os animo como nunca os he animado a abrirLe vuestro corazón de par en par, a salir con el hábito a la calle, a creer de verdad en El, que TODO lo puede, a querer a los hermanos como bendiciones, a no temer perder la vida por El (pues se gana)... ¡¡Todavía nos tiene a nosotros!!

El evangelio de hoy lo muestra de forma estupenda:

"Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha demostrado mucho amor. Pero aquel a quien se le perdona poco, demuestra poco amor".

"Yo no soy yo, es Cristo quien vive en mí"

No quiero anquilosarme, no quiero ponerle trabas a mi Dios. Ese sería un gran daño. Siempre, siempre, siempre hay cosas que hacer, siempre. ¿Seremos valientes para dejar de vivir en nosotros? Fijaos que es un proceso duro pero dulce. Y cuando la dulzura viene de arriba es deleite.

Os encomiendo al Inmaculado Corazón de María. Un Corazón que trabajó en silencio, un Corazón lleno de Dios, un Corazón delicado, un Corazón sencillo y sobre todo, un Corazón valiente pues quiso a su Dios más que a nada ni a nadie. Pasó muchas penas. A veces, pienso qué sintió María cuando tuvo que traer al Niño Jesús al mundo. Ella querría lo mejor y alumbró en un pesebre. ¿Qué gozo pudo sentir ese Niño? El gozo del Corazón de María, el gozo del corazón de los pastores.

¿Y ahora que no está María, que no tenemos a esos pastores? ¡Nuestros corazones son su gozo!

viernes, 11 de junio de 2010

¡FELIZ DÍA DEL SAGRADO CORAZÓN!

¡Feliz día del Sagrado Corazón de Jesús, hermanos!


¡Qué dicha la nuestra ¿eh?! Se han escrito miles de palabras acerca de esta fiesta, se han predicado millones de homilias durante siglos, se han consagrado templos, almas y comunidades a Su Santo Corazón... y sigue teniendo un hueco enorme para nosotros.

Ya ocurrió,¡ya por fin mi Amado descansa en mi Corazón!. No os podéis imaginar lo sencillo y pacífico que ha sido "mi pequeña consagración". Inmediatamente me coloqué la cruz delante del corazón para gritar: ¡¡¡AQUI ESTÁ DIOS!!!

Hoy sé que Nuestro Cristo está contentísimo hermanos pues desde todas partes del mundo esa "Llama de Amor viva" entra en muchos corazones, respondido a Sus necesidades. Y desde el Vaticano se pide perdón por el daño causado, se mira al cielo implorando misericordia y se pone más delicadeza en vivir el sacerdocio. Recordad hermanos que todos nosotros somos sacerdotes, profetas y reyes. Así, debemos ser Cristos vivos en la tierra, sabiendo que todo lo recibimos del Sacerdote Eterno, Rey de Reyes y Comienzo y principio de todo. Tan solo debemos amarLo, amarLo y amarLo.

Hoy, es un día de "te quiero". Repetirselo hasta la saciedad, que mucho lo necesita hermanitos, mucho, mucho. ¡Tenemos tiempo! Ese tiempo que tanto desean los que viven en el infierno. Aprovechemoslo. Y no olvidéis que amar duele. Que este miedo al dolor no os eche para atrás, que es dolor divino, ese dolor que provoca tener al Amor mismo impreso en vuestro corazón. Id a El que ARDE en deseos de amaros más y más. No olvideis que es vuestra mejor casa, vuestro mejor convento y vuestra mejor razón para gastar la vida.

Os encomiendo en este estado de gracia al Corazón Enorme del Señor.

jueves, 10 de junio de 2010

Mi consagración (III)

Hermanos. Me gustaría medir el tiempo desde que comulgo hasta que vuelvo a comulgar. Creo que así se haría científicamente patente la falta que me hace Dios pues casi se nos harían cortas estan unidades de tiempo. Si fueramos conscientes de donde está Dios, no lo dejaríamos escapar. Pero es cierto que las palabras son arma de doble filo: te ayudan a comunicar pero dificultan el entendimiento de la esencia.

Esto es, poco más o menos, lo que he vivido hoy: un día lleno de palabras que no conseguían expresar la raíz honda. Y es que más vale un silencio, un ejemplo y un vistazo, que mil palabras a tiempo.

Como el cumpleaños de mi compañera y el mío coinciden, hemos decidido "celebrarlo" juntos. Así, hoy nos ha visitado su prometido. Durante la comida, los tres, hemos hablado de muchas cosas (no somos chicos de mucha tele, es lo que tiene criarse como hermanos) más o menos interesantes. Cuando hemos acabado, he empezado a recoger y llevaba en la mente decirles que el regalo que Cristo me quería hacer de "cumple" era instalarse en mi corazón a partir del viernes. No sabía como sacar el tema. En ese silencio, mientras recogía los platos de todos, he visto que el Señor estaba en ellos, es decir, que mejor que hablar del tema, era mostrarles QUÉ tengo dentro. Los he mirado como nunca, tanto con el alma como con los ojos físicos. Y han debido notar algo, pues me han sonreido como nunca. He sentido, por primera vez, lo feliz que eres sirviendo a Dios en los demás.

Desde fuera, muchas personas pueden pensar que esta situación en la que vivo en el piso, es poco ortodoxa, extraña y muy peligrosa. Si bien es cierto esto, también es cierto que se puede vivir desde Cristo y para Cristo a través de María. Os digo esto, hermanos, porque desde que pusimos el pie en esta casa, todo lo pusimos en manos de la Virgen. Colocamos una estampita de la Inmaculada en la puerta principal, bendecimos la comida y, muy importante, dedicamos un rato al día para charlar de temas espirituales. Es que Jesús, aunque parezca mentira, también se hace presente en situaciones como esta. A veces, vivir la vida cotidiana con ejemplo cristiano habla más que todas las excusas del mundo.

Justo andaba meditando este tema, cuando en misa Dios me mostró 3/4 de lo mismo. Al levantarme después de la Consagración, noté a Cristo presente en el altar a la vez que todos deciamos "anunciamos tu muerte..." Viví esas palabras y quiero vivirlas siempre pues es el momento del día en el que tengo más cerca al Señor. Pero para vivirlas, hay previamente que sentirlas en el silencio. ¿Os habéis fijado en las lecturas de hoy? Creo que se va ahondando la servidumbre a Cristo en mí.

Me está malacostumbrando el Amado pues me concede estas Gracias que tanto le gusta que tengamos nosotros por voluntad propia. ¡Mucha valentía, costancia y fidelidad me pedirá más adelante!

No querría acabar sin deciros que creo que hoy se ha forjado mi segunda "amistad frente al Sagrario" (la primera la tuve con Jesús). Ya me estaba yo levantando para ir a casa cuando un chico se ha acercado a presentarse y saludarme. Este tema para mí es muy espinoso hermanos. Tengo una pequeña herida que creía cerrada. Como ya estoy un poco curtido en estos asuntos (y tengo todo que agradecerselo a Dios por dejarme vivir esa amarga experiencia) he tratado al chico como a un verdadero hermano. Nos dimos la mano delante del Sagrario. Espero que busque, como yo, a Cristo.

Mañana tengo dos entrevistas muy especiales. Pedid, sobre todo, porque sean santas. Quiera la Virgen que sirvan para que la Voluntad y el Deseo de Dios se haga en nuestras vidas. ¿Cómo podré agradeceros este Amor tan grande que me estáis dando y todos los favores que os pido? Mañana no pondré nada pues haré vigilia. Encomendadme y sed cada vez más de Dios, más santos. Hermanitos, hasta la eternidad.

miércoles, 9 de junio de 2010

Mi consagración (II)

Llevo pensando todo el día cómo puedo hacer para que Dios acepte y bendiga mi consagración. Como ya os conté, están siendo nos días de especial entrega a la oración y a la caridad. Y el Señor me ha respondido.

Si os soy sincero (como todo se sabrá en el cielo...) no lo entiendo. Será defecto profesional o que las ciencias me han hecho la mente muy cuadriculada y me han alejado del mundo del sentimiento, pero no entiendo al Señor. No es que me preocupe, pero sí es verdad que me duele (esto es buena señal porque "si duele, es la certeza de que estás amando de corazón").

Hoy, me he estado entrenando especialmente en la humildad, que falta me hace; ¡no sabéis cuánto! Así, esta tarde, en misa, acababa de pedirLe que la eucaristía que iba a empezar en unos momentos me diera fuerzas para el reto de verme con todos mis defectos. Justo comienza, justo entra un hombre "de la calle" por la puerta y se pone entre el Sagrario y yo (me siento cerquita del Sagrario). Y en ese momento, en ese mismo momento, se me saltaron las lágrimas. He vivido en mí la lucha de muchas personas: la duda. ¿Cómo va a pedirme Dios que lo deje todo para dedicarme con todo mi corazón, con toda mi alma y con toda mis fuerzas a acompañarlo en la cruz, en el silencio habiendo hombres como ese, derrumbado, extasiado, pobre y triste tan necesitados de manos amigas? Y dudé. Dudé porque recordé que en ese hombre, estaba mi Cristo, estaba mi Señor. ¿No estaré siendo un poco cabezón?

Fueron unos instantes mirando al Sagrario y al hombre. Y es que parece que Dios se hubiera recreado en ese momento viendo quien ganaba la batallita pues no decía nada. ¡Dependo tanto de Su opinión que a la mínima, lo primero que hago es consultarle!¡Y cuando se calla veo lo que le necesito! Ahí vi la primera lección de humildad del día.
Entonces, me saltaron a la cabeza mis pecados, alejandome de la opción de entrega contemplativa... Pero si Dios me quiere a pesar de todo, pensaba, si me salvó del abismo fue gracias a que nunca nos abandona y a que hay personas amándolo para que El siga amando y perdonando a los más pecadores. Segunda lección de humildad del día: es Dios quien me quiere y quien me ha elegido, y no al revés.
Y en mitad de las tinieblas (ya digo momentaneas) noté la ausencia de Dios y la feliciad que tenía entregandome. Os digo que la necesidad que sentí de Dios y la necesidad de Dios de ser acompañado es tanta que no me puedo resistir. Tercera lección de humildad: nada puedo sin Dios, y mucho menos la felicidad.

Este minibatallita os digo que hubiera sido ganada por la otra parte si hubiese ocurrido algunos meses atrás. Ha sido este estado de Gracia en el que me hallo lo que me ha permitido dilucidar la Voluntad de Dios. Yo quiero ayudar a la gente, hablarles a la gente más alejada de Dios de lo grande que es su Amor, buscar a Dios en el preso, o en el enfermo, esto me encantaría... pero no es eso lo que quiere Dios de mí. Supongo que cuando vayamos al cielo y entendamos por qué queremos una cosa y se nos pide otra, nos reiremos mucho. Pero aquí, ahora, me duele mucho renunciar a llevar ese estilo de vida que tan, tan, tan necesario es.

Gracias a esta experiencia, he descubierto que mi consagración debe tener también un sentido instrumental para el pueblo de Dios. Así, creo que sería una forma muy bonita de vivir este período en la tierra pidiendo por los que están tan faltos de Amor y por quienes se dedican a demostrarselo. Me gustaría poder ser la parte contemplativa de algún alma misionera del Amor de Dios que su misión le consuma. No se trata de suplir la parte activa de mi vida, sino de velar por quien más lo necesita, de tratar de llevar fuerzas divinas a un alma misionera, nada más...y nada menos jejeje.

En fin, hermanos, que os voy dejando ya. Ultimamente las entradas son muy largas. Os pido disculpas. Abuso de vuestra confianza...y de la de Jesús y María. A veces me da por pensar que con cada acto que busco en el cielo un ángel sonríe pues tengo que tener a algunos de ellos cansados con tantos recaditos jejeje. Espero que vosotros también mantengáis a algunos ángeles atareados, que falta nos hace. Gracias por el cariño, la compañía, la ayuda y, sobre todo, las oraciones; de corazón, es recíproco. Estoy a vuestra disposición. Os encomiendo a María.

martes, 8 de junio de 2010

Mi consagración (I)

Ya estamos preparándonos... Si lo pienso friamente, no sabemos si volveremos a celebrar o no esta fiesta del Sagrado Corazón de Nuestro Señor. Por eso, quiero prepararme bien.

Desde que leí en una sacristia:

"Celebra esta misa como si fuera tu primera misa,
como si fuera tu última misa,
como si fuera tu única misa".

Entendí la necesidad de no posponer espiritualmente nada que te acerque a Dios. Por eso, cada Eucaristía, cada Confesión, la hago como si fuera la única en mi vida. Y por eso mismo, estoy preparando esta fiesa del Sagrado Corazón con muchísima alegría.

Para mí, es un día muy importante, más quizá que otros años pues me consagraré al Señor privadamente. Por mí hubiera esperado, pero ya sabéis como es El cuando mete el turbo. Quiero que este acto muestre todo lo que ambos deseamos y esperamos por eso, tiene tanto significado y hay que hacerlo a conciencia. ¡Es una decisión para toda la eternidad! Se dice pronto... Es más importante que el día de mi graduación, mucho más. Por eso, esta semana estoy haciendo pequeños sacrificios:

-sacrifico la oración que dedico siempre a los demás para implorar por su Corazón.
-sacrifico la petición especial de la comunión por la paz, para hacerlo por que se cumpla su Voluntad.
-sacrifico los momentos de ocio para reforzar mi compañía delante de la Cruz.
-sacrifico las penas, no tienen cabida.

Además, he pensado en hacerme "colega" (como dirían mis alumnos de catequesis) de un santo en especial. Esta idea siempe me rondó la cabeza pero nunca tuve oportunidad de hacerla. A simple vista parece una tontería pero yo creo que me puede ayudar mucho en mi consagración y en mi vida en la tierra. Es cierto que como mediadora, mejor que María no hay nadie, y siempre la tengo presente. Pero no estaría mal tener un santo "amigo", uno de esos con los que te sientes identificado. He pensado en llamarle, la "fraternidad terreno-celestial". Puede que sea una locura, hablando teologicamente. El me hecha una mano en el cielo y yo, lo tengo presente y lo hago presente en la comunidad. Creo que no es mal trato jejeje. Ya lo tengo casi decidido...

Y no sólo eso. ¿No creéis que hay que dar testimonio? Sobre esto creo que podría escribir varias entradas. Noto cómo estamos faltos de testimonios cercanos, sin pantalla de por medio, de santidad, de seguir a Dios. Un sacerdote me contó un día que nunca usaba cleriman porque creaba una barrera entre el cura y el fiel. Tres cuartos de lo mismo me dijeron unas monjitas amigas. Mi humilde opinión es que así conseguimos el efecto inverso, que la gente en la calle vea que cada vez hay menos consagrados y, por consiguiente, menos probabilidades de pensar en la noción de Dios. Por eso, porque quiero cuidar cada detalle, me gustaría que físicamente tambíén se notase el cambio. No estoy hablando de un hábito ni nada, no, no, no. Intuyo que estos terrenos son algo peligrosos pues entra la jurisprudencia de la Santa Iglesia pero no creo que una crucecita de pin, pequeña, justo delante del corazón haga daño a nadie ¿no?

Pero, sobre todo, se debe notar espiritualmente. Eso, hermanos, lo dejo para la siguiente entrada, que hay mucha tela que cortar. Poco a poco voy muriendo al mundo y naciendo más para Cristo. ¡Qué alegría!

No quería dejar pasar la oportunidad sin pediros de nuevo que me encomendéis mucho, por favor. Es Voluntad de Dios. Hoy he leido una frase que dijo el cura de Ars: "Las tentaciones acuden a las almas que buscan la Gracia o las que están en ella porque el demonio no tiene necesidad de tentar a las que ya son suyas". Que, además, viene muy al caso con las bienaventuranzas del evangelio de hoy pues si "nos calumnia o nos persiguen por causa de Jesús" es porque, al menos, intentamos ser de Dios. Seguid intentandolo. Os encomiendo a María.

lunes, 7 de junio de 2010

No puedo más

La vocación se va aclarando. Aunque no sé si sería mejor decir que el Señor me está dando la mayor oportunidad.

¡Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar!

¿Os dais cuenta de que todo nos viene por El? Tengo que deciros que por momentos pierdo la cordura terrenal. Hermanos, no puede ser cierto este Amor tan inmenso, no puede ser cierto. Y es que, ¿cómo me va a querer a mí a su lado toda la vida? ¿Cómo me ha podido elegir como compañero de viaje? ¿En qué cabeza cabe ser faro del Perdón y el Amor?

Así es. !!!Mira que me ha costado eh¡¡¡ Esto que experimento es más que un sentimiento pues al mismísimo Dios no lo puedo encerrar en tan corta palabra. El corazón se me sale del pecho cuando pienso en El. La gente me ve alegre. ¿Cómo no lo voy a estar? Ay, hermanitos, que esto que siento es un preludio del cielo. Lo sé, tengo la certeza, porque es una certeza irracionalmente profunda en mi esencia de que me quiere todo para Sí; que ni una gota de sudor deje de transpirar por El. Todo es paz, calma, sosiego pero alegría, alboroto y gozo al mismo tiempo.

No os podéis imaginar lo que me cuesta callarlo. A la mínima me pongo que hablar de cómo vivir para Dios, del regalo que nos ha dado, de lo bueno que es sentir que tienes personas a las que puedes entregarte... Hasta mi familia ha llegado esta Gracia. Hoy, durante la comunión, tanto me ama Cristo que a mi madre le concendió paz de espíritu y conocimiento e insólitamente me animó más que nunca a seguirLo. "No te pese tu familia, que estamos en buenas Manos".

Y es que poder seguirlo durante la procesión, cantándole, rezándole, mostrándole...amándole. Así es como quiero gastar mi vida. Tanto me pide y tantas son las fuerzas que me da, tanto lo que llevo resistiendome, tantas las lágrimas, tantas las negaciones, tantas caidas, tantas excusas que Nuestro Padre se cansó conmigo. Me ha embestido dulcemente de amor y me ha envestido con ropa nueva para El. Y aunque este estado pasara, y me viera en la más sucia de las cloacas, le sería fiel, eternamente fiel pues no amo el estado en el que me encuentro sino a El.

Estoy enamorado; lo reconozco, lo admito por fin. No puedo ni tampoco quiero seguir luchando contra El. Y así quiero demostrarselo. El se merece que, de una vez por todas, me ponga delante y le consagre mi corazón. Será, Dios mediante, este viernes, viernes del Sagrado Corazón de Jesús.

Me ha costado y Le ha costado mucho llegar hasta donde estamos. No os desaniméis pues nunca abandona. Cuidadlo mucho. Haced de vuestro corazón su casa. Que se sienta agusto en vosotros. Muy necesitado está de Te quieros. No os prueba: se esconde. Trabajad por que otros lo conozcan y así, cuando llegueis a su Presencia, vayais con las manos llenas.

Gracias, me estáis ayudando enormemente. Espero poder agradeceroslo en el cielo hermanos. Os encomiendo a María

domingo, 6 de junio de 2010

Peticiones para un buen Corpus.


Señor mío y Dios mio.
Antes de celebrar esta gran fiesta,
antes de que pases delante de mí, hecho carne,
antes, si quiera, de que pueda mirarte,
quiero darte gracias.

Gracias por cuidar de mí en el vientre,
gracias por ayudarme a nacer,
gracias por ser mi primera inspiracion,
gracias por preocuparte de mí todos estos años.
Pero, sobre todo, gracias por dejarme amar,
gracias por mostrarme el amor de familia,
gracias por darme ese amor de amigo,
gracias por darme el amargo amor de enemigo.
Gracias por mostrarte en mí.
Gracias por darte a nosotros. Gracias por el Amor.

Bien sabes, ¡ay Señor mío! lo poco que te merezco,
no tendría más que agachar la cabeza,
y sin embargo, incomprensiblemente, te nos das cada día.
Me encantaría poder entenderte y contarselo a la gente.
Y, como mucho, puedo hablarles de lo que siento y
mostrar el ejemplo donde Tu te haces presente.
La única pregunta que quisiera hacerte es
¿por qué Te nos has dejado en nuestras manos?
¿No sabías el peligro que corrías entre nosotros?

No debo pedirte, pero es que no puedo resistirme.
Recoge Señor las migajas de amor de los hombres,
acuerdate de la humanidad,
transforma el corazón duro,
vive en el pobre,
acompaña al que está solo,
da vida al feto y a la madre,
protege a mi familia, amigos y conocidos.

En definitva, Jesús mío, sigue amándonos.

Y no olvides que te quiero, te quiero y te quiero.

viernes, 4 de junio de 2010

La ira, ¿cómo controlarla?

Hace unos días que estoy en casa. Como sabéis, estos días se celebra el Corpus y como las clases ya han acabado, me he venido a mi pueblo para ayudar en todo lo que haga falta para preparar el domingo.

Como ya dije, este mes es especial para mí. Conociendome, y conociendo el ambiente, decidí controlar un aspecto que me separa de Dios: mi ira. Desde pequeño, cuando la paciencia se me colmaba, salía toda la ira que llevaba dentro, destrozando lo que haya a su paso. Supongo, hermanos, que os ha pasado alguna vez que en cuanto sueltas todo lo que llevas dentro, no sientes alivio, todo lo contrario: te sientes culpable. Ese es el síntoma.

Fijaos. Esta tarde, en el ensayo de mi grupo de música (baile regional, yo toco la guitarra) había muy mal ambiente. Hasta el punto que un familiar mío iba a "armar la de Dios es Cristo" con otra componente. Cuando iba directo hacia ella, lo agarré y le dije que la prudencia es una virtud, que habia que ejercitarla. Y así, pidiendoselo a la Virgen, ganó el bien esta batallita.

Y esta misma noche, ocurrió lo contrario. Esto de tener una hermana pequeña en plena pubertad creo que es una de esas extrañas bendiciones del cielo: es lo mejor de la tierra pero me tienta muchísimas veces (omito la opinión que ella tiene de mí jejeje). Justo depués de cenar, ocurrió. Y grité y me salí a la calle a calmarme: me sentía fatal por haber dejado escapar la ira y haberle hecho daño. Le conté a mi madre cómo me sentía y ella me dijo "es que somos humanos". Creo, hermanos, que la conciencia es un regalo estupendísimo del Señor, ¿no?

Al final, todo se ha solucionado. Al entrar en mi cuarto, miré a la Cruz. "Sé que no es lo que te prometí" le he dicho. Me falta paciencia, he pensado. Pero en ese momento he sentido que lo me faltaba era Amor. No os podéis imaginar lo dulce y tierno que está siendo Nuestro Padre conmigo desde el domingo. Y por esto, no puedo más que, a pesar de estos fallos, amarLo con todo mi corazón.

Queridos hermanos, quizá estos 4 días dieran para escribir unas buenas páginas, contándoros todo lo que me está diciendo el Señor. Sé que ahora mismo está sembrando, ¡y una enorme cosecha! Para mí, os confieso, es una locura lo que me está pidiendo. Justo el martes, en mitad de esos pensamientos que me llevan asaltando toda la semana, Le pedí que por favor, si tanto me quería, me quitara estas dudas que no hacían más que acobardarme. Ese día, ofrecí la comunión por el pueblo de Israel. A las pocas horas, TODOS los priosioneros del ataque a la flotilla fueron liberados. Los medios lo calificaron de sorprendente. Lo sorprendente, fue el cómo dulcemente me habló Cristo. "Ahí está la prueba de que te escucho". Desde entonces, os aseguro que mi vida está empezando a cambiar en un clima de paz que nunca pensé alcancaría.

Ya sabéis la devoción que tengo tan grande a la Virgen. Así que, a Ella se lo encomendé y Ella se ha ocupado muy mucho de llevarme hasta su Hijo. Confíad mucho en Nuestra Madre. ¿Os podéis creer, hermanos, que ante esta llamada no siento más que certeza de que es obra de Dios? No os lo sabría explicar con mejores palabras:

Para que yo alcance diese
a aqueste lance divino
tanto volar me convino
que de vista me perdiese
y con todo en este trance
en el vuelo quedé falto
mas el amor fue tan alto
que le di a la caza alcance.

Como San José María, os encomiendo encarecidamente, recéis porque la Voluntad del Señor penetre del todo mi corazón y así, entre otras cosas, pueda controlar esta ira que tan poco le gusta a Cristo. Abuso de vuestra confianza, y podría pecar de egocentrismo, pero hermanos, es que este Amor me derrite: decid a algún enfermo, niño, preso o religioso que pida por esta empresa que Cristo ha querido encomendarme. Estoy a la espera de volver a Granada para poder poner todo esto a los ojos del confesor. Cristo, hace maravillas en nosotros sin saber por qué. Gracias por todo lo que hacéis por este pobre joven. Habéis ayudado a la Virgen a que me lleve ante la Voluntad de Dios. Yo, no puedo hacer otra que encomendaros vívamente a Ella.

martes, 1 de junio de 2010

GRAN EMPRESA

¡Ya hemos entrado en Junio! No sé si os pasa a vosotros pero a mí este mes es uno de mis favoritos, y no porque cumpla los años jejeje. Nunca supe por qué, pero me gusta (supongo que de pequeño tenía mucho que ver que me dieran las vacaciones de la escuela y que empezaba el verano). Sea por lo que sea, siempre me ha gustado. Había algo que se encendía espiritualmente. La respuesta llegó el año de mi comunión.

La imagen del Sagrado Corazón siempre produjo en mí una ternura que no sabría explicar. Recuerdo que cuando iba con mis amigos a misa me decían que era un poco tétrica pues se le veía el corazón. Sin embargo, tanto me gustaba la imagen que yo quería, a la edad de 8 añitos, sacarla en procesión e hice ir a mi madre a hablar con el sacerdote para decirselo. El pobre hombre, evidentemente, me dijo que "ya crecería". Aún así, yo no desistí y puse en mi cuarto una imagen del Corazón de Jesús y otra del de María.

Recuerdo que fue en una homilía cuando descubrí el significado real. Tendría yo unos 11 años. Desde aquel día, algo me dijo que tenía que cuidar esta devoción recién nacida. Lo que era un "gusto por la imagen" se convirtió, de repente, en el núcleo de mi fe. "Es el mismo Amor de Cristo lo que nos recuerda esta celebración", dijo el cura. "¡Qué delicadeza tuvo Nuestro Señor recordándonos que por encima de todo, nos ama y quiere que le amemos!" ¿Quiere que le amemos? pensé. Esto, hermanos, aunque parezca una tontería, rompió mis esquemas. Yo sabía, con esa "fe de la infancia" que había que amar a Dios sobre todas las cosas. Pero de ahí a que fuera Jesús el que se entristecía si no lo hacíamos había un abismo.

Y fue entonces cuando descubrí que quería llevar impreso en mi corazón toda la vida al Amor de los amores. Descubrí que más allá de la imagen, se escondía el secreto dela felicidad del hombre. Y fue entonces cuando SENTÍ lo que se hacía en el altar: detrás de aquel pan, por fin, descubrí mi Alegría. Deciros cómo me sentí es algo dificil de explicar. Quizá lo entendáis con las cosas que se derivaron entonces. Entendí, que me habían cuidado mucho esos dos corazones pues en el mes de su fiesta, sin yo saberlo, los había admirado muchísimo.

Vi lo pequeña que había sido mi fe, la inmensidad que se abría ante mí, el reto que suponía ser un cristiano de verdad... no es otra cosa que adquirir conciencia y necesidad del amor mutuo entre Dios y yo. Me propuse no desfraudarLo. Así, empecé a realizar cosas que le agradaran. La primera era estar siempre alegre, pasara lo que pasara pues, en mi corto entendimiento, no podía estar triste. Quería que la gente me recordara por la alegría que se siente cuando eres de Dios. Además, empecé a no contrariar a mi familia.

Estos dos hechos, hermanos míos, fueron clave y lo veo ahora, con el paso de los años. Fue la Providencia, os lo aseguro pues aquella época fue la peor que ha vivido mi familia tanto de amor, fe, salud y dinero. Hoy día, arrastramos las consecuencias de aquel momento, y cuando veo por todo lo que pasamos, alucino. Nunca estuve triste (que no quiere decir no llorar) y nunca tomé una actitud de enfurecimiento hacía mi familia. Así, cuando tengo dudas de la vocación, o incluso de fe, recuerdo que ya desde pequeño, Cristo me quería para sí.

Es cierto que el tiempo fue pasando, y Jesús me fue descubriendo, poco a poco, y me sigue descubriendo, todo lo necesario para amarLe de verdad. Aunque también es cierto que no siempre me gusta lo que me dice. No quiero dejar de estar unido a aquellos momentos, que son el inicio. Pero hay que evolucionar. Por eso mismo, cada mes de junio, lo veo como un mes "cuaresmal", es decir, un mes de preparación especial para mi encuentro con el Señor. Me gusta comenzar empresas que agraden a Dios.

Este año no había puesto todavía este asunto en manos de la Virgen. Y ayer fue Ella, sin venir a cuento, la que me lo dijo todo. He decidido llamarle el Libro del Encuentro: es un cuaderno, de los de toda la vida, en el que estoy comenzando a escribir pequeñas jaculatorias, pensamientos y ofrecimientos que tengo delante del sagrario, en la adoración del santísimo y después de comulgar. Estos, son momentos especiales de encuentro con Dios y me asaltan pensamientos que me gustaria poder decir cuando llegue a estar delante de El. Lo he empezado con esmero y espero poder continuarlo el resto de mi vida. ¿Qué es lo que hacéis por Dios en este mes tan especial? !Es un momento fabuloso¡

Hermanos, tengo que compartir con vosotros la gran noticia: también ayer recibí la primera respuesta de la Virgen sobre lo que Dios quiere de mí. Es el primer ladrillo. ¡Falta muchísimo por contruir!¡Menos mal que tengo los elementos: Dios, María y voluntad! Ahora bien, enorme empresa quiere de mí. Pedid, os lo pido, por Su Voluntad. Como sabéis, yo os continuo encomendado a María.