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"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"







Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com




viernes, 13 de agosto de 2010

AGUSTINAS RECOLETAS


REMA MAR ADENTRO,

PORQUE TE INVITO A ORAR.



Siempre es hermoso acariciar la idea de compartir con vosotras un regalo, EL REGALO MÁS GRANDE DE MI VIDA, de nuestra vida, nuestra propia vocación dentro de la Iglesia como monjas contemplativas en el carisma agustino recoleto, porque la que eligió contemplar, eligió vivir.

Como el amor fiel es el que se hace nuevo a cada momento al rememorarlo no quiero que solamente este don tan precioso que Dios me otorgó, nos otorgó, sea para mí sola, que permanezca en mi mente, sino que vaya bajando paulatinamente a mi corazón y que desde allí como buena contemplativa pueda transformarlo en acción de gracias y en oración para que cale hasta lo más profundo del vuestro…pues siempre el protagonista de nuestra vida es Dios y solamente lo que se conoce, se ama y lo que se comparte, se hace grande…¡Ahí está mi tesoro!.

Siempre he sentido una gran atracción por el mar. Me sobrecoge su inmensidad, su majestuosidad y la pequeñez que se experimenta al contemplarlo. Somos como un puntito en medio de tanta grandeza… y mi llamada, la llamada que Jesús me hizo, puedo asemejarla a la invitación a adentrarme en ese inmenso mar, a abismarme en lo profundo del misterio humano para llegar a descubrir mi auténtico ser y mi verdadera vocación, misterio que sin yo sospecharlo me estaba esperando para anegarme y vivir perdida en él…

Cuando mi vida transcurría en la orilla de la playa, Jesús paseaba siempre conmigo, estaba siempre conmigo, aunque yo no lo sabía. Muchas veces la brisa me acariciaba, todo me sonreía, sentía la seguridad de estar pisando firme en mis propias convicciones, mis huellas se dibujaban en la arena siguiendo la búsqueda de un camino que no me satisfacía, pero mi vida cambió cuando en esa búsqueda descubrí que, ALGUIEN con mayúscula, me estaba habitando, y me interpelaba. Ya no vivía sola, ni estaba sola.

La melódica cadencia del vaivén de las olas me inducía constantemente a levantar la vista y no mirar ya la realidad inmediata de las cosas. Era un susurro que desde dentro me animaba a levantar la mirada hacia el vasto horizonte y sentir en cada momento lo que despacio me repetías: “rema mar adentro, rema mar adentro…” (Lc 5,4).
Querías encaminar mis pasos hacia donde quedan borrados: el inmenso mar. Era tu llamada hacia una misión concreta: remar mar adentro para ser entre los hombres la manifestación de tu presencia que renueva y salva. No era una sensación, una mera intuición, sino la seguridad de una PRESENCIA que acababa de entrar en mi vida; ALGUIEN había irrumpido en mi mundo, era alguien que ya tenía un nombre, JESÚS y me invitaba con su dulce y cálida voz a dejar sobre la arena mi trajín, mis proyectos, mis preocupaciones, a desdibujar mis pasos en la arena y a fiarme enteramente de su palabra; me impulsaba a soltar amarras; a lanzarme a la maravillosa aventura que me esperaba en medio de ese mar sin orillas que me descubriría más tarde, que Él iba a convertirse en el Señor de mi vida, ya para siempre… ;

A menudo nos resulta más fácil creer que lo que hacemos es más importante que lo que somos, pero la fuerza de la llamada del Amor que rompe toda barrera, quebró el mío que presusoro recogió las pocas redes que poseía, pensando que la plenitud se alcanza por la donación total, sin reservas. Tú me buscabas a mí y yo me dejé encontrar por ti. Era el comienzo de una historia tejida con tu fidelidad inquebrantable y mi debilidad enamorada. Me invitas a subir a mi barca, desplegando las velas, remando mar adentro, remando mar adentro… Borraste las huellas de mi camino y las cambiaste por la singladura que va marcando el tuyo cuando tomaste el timón de mi vida.
Fue ahí cuando comprendí lo que significaba para mí ese “rema mar adentro”, encontrar la vida de contemplación lejos de la orilla para sólo escucharte a ti y en ti ir viviendo paso a paso tu inhabitación que se transforma en un diálogo carente de palabras en donde lejos del mundanal ruido, dejando la playa atrás, nos adentramos en las aguas profundas de un misterio tres veces santo…

Desde ahí, ya no vivo sólo para mí, vivo en el ministerio sublime de arrancar del corazón de Dios como de las cuerdas de un arpa, la bella melodía de su amor para transmitirlo a los hombres a través de mi presencia…; de susurrarle al oído las necesidades de toda persona que vive en su corazón de Padre, de escuchar sus latidos que hablan de amor al hombre, en definitiva de dejar a Jesús subir a nuestra barca, para que pueda con toda libertad, vaciarla de los trastos inútiles, esos que no le dejan ocuparla del todo, de irnos adentrando poco a poco en las aguas transparentes del diálogo con el Señor, dejándonos empapar suavemente, como la esponja, por su Palabra, por su mirada, y nuestra vida se irá transformando paulatinamente en oración, en súplica, en acción de gracias, en alabanza ininterrumpida al Dios que hace maravillas.
¡No tengamos miedo!, Jesús me pidió la barca y se quedó con mi vida. Eso constituye la dicha más grande porque Él está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. (Mt 28, 20). ¡Gloria al Señor!.


Sor Alicia Correa OAR



Para ponerse en contacto:

matsim100@hotmail.com


A continuación, la propia Madre nos cuenta cómo fue su proceso vocacional. Os invito a todos a que escuchéis atentamente pues Sor Alicia nos "da gratis lo que se le ha dado gratis". Gracias, Madre, por todo lo que se preocupa por las almas y por las molestias. Todos la encomendamos a usted, y a su comunidad, a la Virgen María.

PRIMERA PARTE



SEGUNDA PARTE

6 comentarios:

  1. Toda una llamada!precioso!
    Y la repuesta es aun mejor.
    Un SÍ.
    Espero tener la fuerza y valentía que ella tubo en su día para dar el paso y remar mar adentro!
    Un abrazo.

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  2. ¡Esta valentía es consecuencia de vivir a Dios!

    Tengo la suerte de conocer a esta madre y es tal cual sale en el video. Lo que más me impresiona de ella es esa valentía que demuestra y que resume tan bien en la última frase del video

    "Temenos que ser recoletos pero para saber dar a los demás". Doy gracias al Señor cada día por poner en mitad del camino a gente tan santa. Hermanita, sé valiente.

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  3. Se puede aprender mucho con tu blog. te seguiré. un abrazo
    paz y bien

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  4. Hola Hermano muy buena entrada (como siempre) aqui estoy de vuelta ya recuperandome... un saludo y muchas bendiciones

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  5. Gracias por este testimonio de amor. Cuando Él llama no hay más gozo que seguirle.

    Esta hermana vive de Amor y para el AMOR.
    ¿Hay mayor alegría?

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  6. Hola amigos,
    Permitidme unas palabras que quizás puedan sonar un poco negativas pero que para nada quieren serlo, sino solamente aclaratorias.
    Creo que la vida consagrada es un camino hacia la santidad muy privilegiado.Y es privilegiado en el sentido que ayuda a liberarse de los tres enemigos del alma:mundo, demonio y carne. Pero... no por estar en un convento se está libre de esos tres enemigos.Ni tampoco es garantía de salvación eterna y creo que esto es muy importante tenerlo en cuenta. Una religiosa/o que simplemente deteste a una hermana/o no puede entrar en el cielo.Y estas cosas ocurren.
    Algunas chicas y chicos han entrado en los conventos con ilusiones y después se han llevado una decepción porque esperaban un lugar donde todo sería santidad, y evidentemente se encontraron con seres humanos llenos de limitaciones y pecados.No quiero ser agorero ni nada por el estilo sino realista.Hoy hay que hablarle a la juventud bien claro.
    Las fe sin obras no vale para nada,los discursos sin misericordia son palabras huecas y pueden esconder mucha vanidad.
    Sigamos la llamada del Señor pero cuidado con las fantasias.Los jóvenes tienen derecho a saber que seguir a Jesús de verdad es una vida a semejanza de la suya: Amor (a Dios y al prójimo) ,Cruz,Obediencia...

    Recordemos lo que dice Jesús:"No todo el que diga
    Señor,Señor entrará en el Reino de los cielos."
    Las vocaciones vendrán cuando nuestra vida de cristianos y de religiosos esté en coherencia con lo que decimos que creemos.
    Dejemos de echar la culpa a la sociedad etc de falta de vocaciones y preguntémonos: ¿Es mi vida de consagrada/o un seguimiento sincero de Cristo crucificado? ¿Estaremos viviendo de verdad en mi comunidad de Voluntad de Dios,de la caridad al prójimo de la providencia...y por eso Dios no nos bendice con vocaciones?.
    Pues nada, esperemos que así sea.
    Un abrazo a todos.

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