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"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"







Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com




sábado, 17 de julio de 2010

¡DICHOSA TU!

¡FELICIDADES MADRE!

Os he encomendado mucho a todos en este día de la Virgen del Carmen. Os dejo con una imitadora de María en la tierra: Sor Alicia y su amor a la Virgen. Gracias, pido por usted Madre y por toda la comunidad. Gracias.

Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor, se cumplirá (Lc 1, 45)

Estas palabras divinas pronunciadas por Isabel a María en el misterio de su visitación, tienen acogida profunda, encuentran su especial resonancia en la multiplicidad de matices que componen el entramado de una vida dedicada a la contemplación. Dichosa, ¡sí!, dichosa, bienaventurada, llena de la mejor suerte, feliz tú que has creído, que has dado fe en tu actitud de servicio, de olvido de todo lo tuyo para ser toda de Dios, a todo lo que el Señor desde siempre te ha ido diciendo y que ha marcado tu vida envolviéndola con la protección y el manto, la sombra de su querer sobre ti.

¡Dichosa!. porque tu vida es una respuesta en sencillez, amor y sacrificio a sus palabras.

Después que el Espíritu Santo te visitó, te cubrió, te llenó, te ungió, te consagró, te inundó de gracia, te hizo pertenencia exclusiva de Dios y selló tu espíritu con el signo indeleble de la huella de Dios, tú visitaste a Isabel, saliste a su encuentro, te pusiste en camino porque el amor activo y ardiente de Dios que te invadía y quemaba por dentro fue el impulso sagrado, el móvil, el sentido más profundo de tu marcha a su encuentro. Tenías que reflejarlo por fuera.¡Dichosa!, porque dejaste acoger en ti la fuerza de todo un Dios que te quería hacer copartícipe y corredentora de su designio amoroso. ¡Dichosa tú, sólo tú! Y no otra, porque fuiste escogida como justa y plena morada, habitación de un Dios que no cabe en los cielos y sin embargo, está enamorado de la belleza que se esconde en la pequeñez de los humildes y sencillos.

¡Dichosa tú!, por todo eso porque todas las generaciones, una tras otra te felicitarán como la más excelsa entre todas las mujeres.

El amor del Altísimo, fecundó tus virginales entrañas para ser portadora de toda gracia, para ser relicario y joyero de la más bella Perla, del más grande Tesoro, Jesús, hecho carne.


¡Dichosa tú!, en la alegría de la acogida de su palabra en tu carne y por haber sabido preparar una digna morada para Ël en ti. ¡Dichosa y bendita , Santa María!.


¡Dichosa porque has creído!, has dicho ¡sí!, y tu respuesta afirmativa desde el más profundo convencimiento de tu ser de persona libre ha producido la fuente de la gracia que a borbotones del amor divino, mana y fluye de ti y en ti como un surtidor inagotable cuyas aguas saltan hasta la vida eterna porque llevan en su origen la esencia de la inmortalidad.


¡Dichosa tú!, por tu fe, caminando en una respuesta de abandono al plan salvífico de Dios sobre ti y por consiguiente a toda la humanidad, porque tu vida no era sólo para ti, pertenece toda a Dios y toda a nosotros.


¡Dichosa, tú, María!, la digna de hospedar en el vacío purísimo de tu gran alma al más dulce huésped que ensancha tu morada, te endiosa y ala vez te anonada y te hace enormemente sencilla.

¡Dichosa tú que has creído!; es la madurez del fruto de dos amores confundidos, el tuyo y el de tu Dios, tu Padre, tu Hijo y Creador.

Tu fiat te ha convertido en Hija del Padre, Madre del Hijo, esposa del Espíritu Santo, en templo y sagrario de la Santísima Trinidad.


¡Bienaventurada!, porque todo lo que te ha dicho el Señor se cumplirá, ¡todo!, palabra que no indica medianías ni parcialidad, sino plenitud, todo, sin reservas para contigo; todo te lo ha dicho y ¿qué te diría en tan largo trato, en tan asiduas conversaciones? o ¿es que todo te lo reveló en un solo acto de amor?. Tú fuiste la atenta a la escucha de su voz, la que dejaste que su eco resonara en ti, la que vivió pendiente de sus palabras porque el amor que te invadía, siempre estaba atento a su decir, era su puro reflejo y en esos amores confundidos tú eres de él y Él era de ti, como dos gotas de cera derretida.
¡Dichosa tú!, porque todo lo que te ha dicho se cumplirá. Su plan cristaliza en ti, toma la forma que Él desde toda la eternidad había deseado y que plenamente constituye todo su amor volcado sobre una débil y al mismo tiempo gran criatura suya. Todo se cumplirá y llegará al culmen por su designio divino; En ti ya no hay promesa para un futuro, tú has sido la que marca el ya definitivo, el paso a otra etapa de la historia, la que lleva en sí el punto de partida que recorre el tramo del amor hecho carne donde se cumplirá y dará sentido a todo lo incomprensible de siglos atrás.

Tú cumpliste con tu palabra, FIAT, él se hizo carne por la suya, ENMANUEL. El Dios con nosotros.


…y ¡dichosa tú!, alma contemplativa, porque allí donde puede descubrirse a Dios a través de la trivialidad de los acontecimientos, allí donde existe un poco de silencio y vacío lleno de paz, allí donde se palpa en una sonrisa, en un gesto, en el aire o en el alimento esa otra realidad patente, sólo allí es donde puede darse en la sencillez de lo cotidiano la chispa que prende el fuego de la contemplación.

¡Dichosa tú, alma contemplativa!, porque tu lenguaje no es otro sino la búsqueda de Dios y el encuentro con Él en todo, sobre todo y a través de todo.¡Dichosa tú, también! A ejemplo de María, porque has creído, has dado fe, has acogido en la pobreza y pequeñez de tu alma redimida, al Misterio que ha luchado por encontrarte primero y escondérsete dentro para hacer de ti sin merecerlo, su morada y aposento.


¡Dichosa tú!¡feliz!, ¡llena de toda suerte! Porque por puro amor de ese Dios has sido escogida para contemplar, para vivir absorta y envuelta en su amor, que te hace sentirte con ojos limpios para poder descubrirle a través de cada cosa, prorrumpiendo en tu vida con divinas alabanzas.

¡Dichosa ¡¡Dichosa tú!, porque todo te habla de Él, tú la hablas a Él, y hablas de Él sólo con tu presencia.


¡Dichosa tú!, porque por vocación te sobran las palabras, se te ha entregado un Tesoro entre las manos, eres contemplativa, tu misión es observar, silenciar, pasar por el corazón,ofrecer, interceder, solamente SER…permanecer como persona íntegra preocupada por Él y sus intereses en actitud de permanente servicio, de olvido de todo lo propio porque lo demás se te dará por añadidura.
Después que Él te visitó, te inundó y tu corazón fue sellado con el estigma de la gratuidad de Dios, es cuando sales al encuentro activo dentro de tu pasividad, revestido de la semejanza de todo un Dios que a través de ti, quiere realizar maravillas.

A ti también se te tiene que notar por fuera, reflejar sólo con tu mirada el amor de Dios que te quema dentro, y que demuestra su poder en tu debilidad humana.


¡Dichosa tú, contemplativa, porque has dicho sí!, y ese ¡hágase!, te ha hecho copartícipe en la obra redentora de tu Dios; amor en el sacrificio, silencio en la unión, sencillez al exterior y Dios que te habita dentro.
¡Dichosa tú!, en tu anonadamiento, porque el lema de tu vida es el mismo que pronunciaron los labios del centurión. No soy digna de que entres en mi casa, pero sólo una palabra tuya bastará…sólo una palabra


¡Dichosa!, porque has abierto tu capacidad de escucha, silenciando todo otro amor que pudiera entorpecer el murmullo suave y vibrante que templa las cuerdas de tu corazón amante y consagrado, ¡eres toda de Dios!. Su palabra se ha hecho en ti, según Él ha querido, su palabra ha resonado en tu intimidad y eso no tiene precio, porque la fuente que llevas dentro tiene semblante de eternidad que a borbotones suspira, ama y quiere alcanzar su meta desde esta tierra al cielo.


¡Dichosa tú, contemplativa! porque tu libertad la has encadenado al querer de Dios sobre ti, son los tres eslabones que unen tu corazón con el suyo, en amor a Él, la sola riqueza, amor a su corazón, en tu corazón indiviso, amor a su voluntad.

¡Dichosa tú que has creído!; es el cenit de tu respuesta amorosa a la pregunta divina que te hace ser esposa de Dios.¡Sí!, has creído y con tu vida vas entretejiendo y afirmando tu propio credo:
Creo Señor firmemente que todo conduce a mi propia santificación.
Creo que todo es transitorio y pasajero
Creo que sólo en la profundidad del abismo de la cruz se encuentra la verdadera sabiduría y la fortaleza que da el Espíritu para sobrellevar las batallas de esta vida.
Creo que valgo el precio de tu sangre y que por mí misma no soy más que nada; polvo y ceniza.


Porque todo lo que te ha dicho el Señor, todo lo que te ha sido comunicado y lo que con su divina gracia vas descubriendo cada día en ese diálogo de amor trinitario; todo a ti también se te ha concedido la plenitud, todo, sin medras, sin reservas ni miramientos, todo exige el compromiso y la respuesta de ser entera de Él, porque todo lo que ha oído a su Padre, te lo ha dado a conocer, y en tan asidua compañía Dios mora en ti y tú vives en Él.

ÉL es el TODO de tu vida y tu entero vivir depende totalmente de Él; los dos en estrecha unión y compañía como la sombra que sigue al cuerpo.
Todo se cumplirá; la promesa es ya una realidad, y todo se consuma en la medida en que permaneces con la llama de tu fe encendida, resguardada de posibles vientos que puedan atenuarla o apagarla.


Se cumple porque Dios te ama y cuenta con tu vida como oblación por otros. Se cumple porque vivir en Él, con ÉL y de Él, aviva el fuego que ÉL ha prendido en la mecha de tu ser para alumbrar, dar luz, calor y vivir siendo una llama silenciosa junto a Él en el sagrario.
Tu voz entrecortada responde:

Quiero ser tu lamparilla
junto a ti en el sagrario,
lamparilla silenciosa
lamparilla sin horario.

¡Dichosa tú, contemplativa!, porque todo lo que te ha dicho, se cumple hoy y ahora en ti.

Esta llama que has prendido
en la mecha de mi ser,
es Misterio encendido,
el fuego, no consumido,
de la zarza de Moisés.

Es el Dios que está escondido,
y me llama para ver
crepitar su amor crecido,
muriendo de amor herido,
y su Corazón arder.

Fuego lento, ¡un chasquido!,
que me invita a descender,
pues descalza me has querido,
tierra sagrada es mi nido
y tuyo mi acontecer.

Es horno de amor fundido,
calor de un sólo querer,
donde ya se han confundido
dos, en un solo latido
dialogando con los Tres.

Sor Alicia, Monja Agustina Recoleta

2 comentarios:

  1. PREMIO DARDOS

    SÍ que es difícil elegir! Siguiendo la cadena de estimulo, aqui dejo mi lista de 15 BLOGS que contagian PASION POR DIOS Y PASION POR LA VIDA

    GRACIAS A TODOS POR COMPARTIR Y COMUNICAR!

    Caminando hacia la Vida
    De todos los días
    Diario de un joven con vocación religiosa
    Diario de una novicia
    El lirio del yermo
    EL Rincón de Yanka
    El Rincón del Anacoreta
    HUMANIZANDO TU ENTORNO
    La danza de la vida
    La vida
    MISIONEROS EN CAMINO
    Océanos de Dios.
    Sed Consolación Jóvenes Misioneros
    Todos servimos para algo
    Vivir con humor es mejor

    Pasa a recoger tu premio al blog MISION EN EL CHAD, gracias y felicidades!

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  2. Felicidades hermano! bien merecido, muchas bendiciones en este dia de nuestra Señora del Carmen.

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