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"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"







Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com




domingo, 27 de noviembre de 2011

Vencer las dificultades

¿Quien de vosotros podría decir ahora mismo que no tiene ninguna dificultad en nada o que no conoce a nadie que la tenga? Todos tenemos problemas en nuestras vidas y si decidimos vivir plenamente nuestra vocación tendremos también presentes las tristezas, los agobios, las dificultades de los demás. Sin embargo, si queremos salir victoriosos, ante esos inconvenientes, en los momentos más duros tenemos que recordar las palabras que dijo Jesús cuando hizo algunos de sus mayores milagros "Basta con que tengas Fe". Quedémonos con el mensaje que nos deja este simpático vídeo y hagámonos hoy mismo la promesa de comenzar esta nueva semana con la confianza puesta en Dios y la certeza de que siendo así y perseverando todo se resolverá.


3 comentarios:

  1. Me alegra que te haya gustado este vídeo. De una manera simpática nos lanza un importante mensaje que no deberíamos olvidar nunca en nuestra vida. Muchas gracias por tus visitas y comentarios, Irene.

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  2. Dicen que vivimos un tiempo de falta de compromisos. Hay un anuncio que dice: "Antes te casabas para toda la vida, ahora te pasas la vida casandote". En ocasiones un fracaso como romper un matrimonio es considerado un acto de valentia para "retomar tu vida". Hay vocaciones que se pierden por descontentos meramente humanos. Oscar Wilde ya definia su tiempo como "una epoca de plata". Lo cierto es que el ser humano tiende a la ley del minimo esfuerzo y olvidamos algo tan importante como la lealtad. En los matrimonios e incluso en la vida consagrada se pone el acento en la fidelidad y nos aferramos a "ritos" que intentan mantener un estatus que recuerde a esa alegre y fertil floración de la semilla temiendo que el sol del desconcierto la agoste. Olvidamos que ser leales nos hace crecer cada día. Nos recuerda la importancia de enamorarnos de ese proyecto de vida cada mañana. El casado de enamorarse y enamorar cada día a quien Dios le ha puesto en su camino. El consagrado renovar ese amor del primer día (Ap, 2, 2-4).
    En la vida del cristiano, en ocasiones, recordamos con nostalgia "las cebollas de Egipto" sin valorar la tierra donde Dios nos ha puesto para dar fruto. Preferimos florecer enseguida, como si el logro fuera nuestro, buscando el refugio de las piedras al del corazón de un dios loco de amor por nosotros. "Nadie está nunca contento donde está" (El Principito, cap. XXII). Muchos matrimonios se han roto porque ninguno de los dos miembros de la pareja ha sido capaz de llenar la esperanza, a menudo desconocida, de que el otro pudiera arrancarlo de su soledad, a él o a ella. Y muchos célibes viven con el sueño ingenuo de que su soledad desaparecerá en la intimidad del matrimonio.
    ¿Lo importante? Solo echaremos raices y daremos fruto donde Dios nos siembre y vivamos con alegría de hijos esa vocación. La vida tiene sentido en la medida en que se está en comunión y en dialogo con Dios y se vive conforme al proyecto divino personal. Mucha paz.

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