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"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"







Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com




jueves, 18 de agosto de 2011

Bandera discutida

Cristo ya anunció que sería bandera discutida, que sus enseñanzas provocarían divisiones entre hermanos y que su causa traería persecuciones y condenas… Nos previno de los padecimientos y sacrificios que conlleva la búsqueda de la Verdad eterna, pero nosotros, cómodos cristianos, parece que lo olvidamos con frecuencia… Apartamos a Dios de nuestra vida social y lo dejamos sólo para la intimidad y las visitas al Sagrario… Procuramos no hablar mucho del Señor con los amigos o en las conversaciones habituales del trabajo o la familia por temor a que nos señalen como a Pedro en el patio del sumo sacerdote. Tememos que nuestro entorno reaccione mal si abiertamente y con la mayor naturalidad nos manifestamos seguidores de Jesús.

Ayer pudimos ver como en las calles de Madrid grupos de personas increpaban a otras por el simple hecho de mostrar públicamente su fe y su respeto por el cabeza visible de la Iglesia. Las fotografías hablan por sí solas y los foros de Internet en los que se han ido comentando las noticias referentes a la JMJ han destilado intolerancia, extremismos y, sobre todo, un desconocimiento del hecho religioso en la mayoría de los que plasmaban sus opiniones.

Se repetían una y otras vez las consabidas soflamas que se han venido utilizando siempre contra la Iglesia desde el siglo XIX y de poco valían las argumentaciones sobre los tan cacareados “costes” de las Jornadas que esgrimían algunos foreros. La consigna del ataque ya estaba lanzada y aunque destacados miembros del Gobierno (al igual que ya se hiciera por parte de la organización del evento) insistiesen en que nada aportaban las arcas públicas sino, todo lo contrario, que incluso saldrían beneficiadas, el caballo de batalla siguió adelante y seguirá hasta incluso después de la visita del pontífice.

¿Y qué hacemos los católicos?, es más…¿Qué hacemos los que queremos tener un compromiso mayor con Cristo?... lamentablemente, en la mayoría de las ocasiones, nada… Nuestro miedo nos puede, parece que queremos cumplir con Dios y con la sociedad encerrando a la religión en las sacristías… Se ha reducido cada vez más el tiempo de las celebraciones litúrgicas, se han eliminado los hábitos de numerosas congregaciones, incluso dentro del propio clero se mira como “bicho raro” al fiel que pretenda recibir la Comunión arrodillado.

Casi sin darnos cuenta, hemos ido arrinconando a Dios en nuestras vidas de manera que, por ejemplo, ningún joven tiene problema en decirle a sus familiares y amigos que quiere entrar en el INEF después del bachillerato pero le da mil vueltas antes de decirles que va a entrar en el seminario. ¿Y qué ocurriría si un joven dijese abiertamente que desea ingresar en la Orden de la Cartuja?... Es muy probable que hasta su propio párroco comentase a los más cercanos… “es que este chico es un poco raro”.

Hemos acomodado la religión a nuestras vidas y dejado atrás el compromiso firme de cambio que requiere el seguir a Jesús. Queremos hacer voto de pobreza pero no renunciamos al móvil, ni al coche, ni a ver las pelis que nos gustan, ni a conectarnos a Internet cada vez que nos plazca… Queremos seguir a Cristo pero nos avergüenza decirlo públicamente en un ambiente hostil. Somos capaces de tener largas conversaciones sobre nuestro equipo de fútbol pero pensaríamos que está fuera de lugar hablar de Dios a los amigos cuando estás en la playa… En el fondo, no es de extrañar que haya muchos que atacan visceralmente a la Iglesia... nosotros, como parte integrante de ella, no hemos sido capaces o nos ha avergonzado transmitir su mensaje, que no es otro que el mensaje de Cristo.

Busquemos lo auténtico y empecemos por vivir nuestro compromiso personal, ese cambio al que tantas veces me refiero, un cambio de vida, de actitudes, que se va haciendo de manera progresiva y discreta a medida que vamos entendiendo lo que es la vocación, no ya religiosa o clerical, sino la vocación de cristiano. Esa a la que todos estamos llamados y a la que tantas veces hacemos oídos sordos. Un abrazo a todos.

2 comentarios:

  1. Te propongo que habilites el gadget que permite compartir tus entradas en twitter y facebook ya que me gustaría que mis seguidores leyeran tus entradas en mi twitter!

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  2. Hola Jose. Si te parece, ponte en contacto conmigo a través del correo electrónico que aparece en la parte superior de la página para que te consulte algunas dudas técnicas al respecto de tu propuesta... Seguro que me das mil vueltas en la "trastienda" de los blogs, ya que yo en ese tema aún soy un poco pardillo :). Hasta pronto y espero que tu estancia en la JMJ te haya servido para acrecentar tu Fe y dar testimonio de Cristo en los lugares donde te encuentres.

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