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"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"







Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com




lunes, 28 de junio de 2010

La maletilla

Como decía Machado en sus "Proverbios y cantares":

"Todo pasa y todo queda".

Es cierto, no es otra cosa que lo que se nos repite en el Evangelio: estamos aquí de paso. "El que es honrado en lo poco también es honrado en lo mucho" (Lc 16, 10). Nosotros vivimos en lo poco. Lo grande, lo mucho es el cielo: a vivir allí estamos destinados.

Un día, un familiar me preguntó por qué siempre tenía una maletilla en el suelo de mi cuarto, sin deshacer, lista para cualquier urgencia. Le dije la verdad, que es la única forma de acordarme de que no estamos más que de paso, que nada vale aquí, salvo el Amor de Dios, entregarse del todo a El. Desde entonces, mucho le debo a la maletilla, de verdad.

Hoy mismo, hemos sabido que las dificultades económicas vuelven a mi casa. Algunos años atrás, habría habido en estos días más "uff" y menos referencias a la confianza a Dios. Cuando he colgado el teléfono me ha invadido una sensación de paz y miré la maletilla. Y es que, mi familia y yo cada vez vemos más que la paz sólo la da el Señor, que queremos vivir cerca del Señor. Como me decía un hermano enviado por Dios hace unos días: tenemos que ser como la radio, estar siempre sintonizados con el de Arriba pues, de otra forma, no captamos más que interferencias y no somos otra cosa que instrumentos inútiles.

Esto mismo se lo debo, en parte, a esta maletilla. Hay que tenerLo siempre presente. Hasta cuando me dicen la nota de un exámen, cuando estáis preparando tantas cosas para las vacaciones con los pequeños, cuando estáis esperando la llamada del prior o la superiora para ver cuando entráis al convento, cuando vivís con la comunidad allí por Cádiz, cuando las tesis en Argentina cuesten trabajo, cuando dentro de la clausura las cosas no salgan según los previsto, cuando veis a ese hombre en la calle pidiendo... si perdemos eso, si perdemos el Centro de nuestras vidas, ¿qué nos queda sino morir en vida?

Os pido un favorcillo: tened presente en vuestras oraciones a un hermano que está siendo valiente en la entrega al Señor. Pedid pues todos sabemos lo dificil que es desprenderse de las cosas del mundo y ser valientes. Apoyemoslo ahora que nos necesita. Estáis en cada minuto de mis oraciones. Os encomiendo al Corazón de la Virgen, para que siempre os cuide y os ayude. Gracias hermanos, de corazón.

jueves, 24 de junio de 2010

Lo que da de sí un paseo

Acabo de llegar del paseo, como lo acabo de bautizar, "el paseo por las almas". Lo necesitaba, y peor aún, lo necesitaré de ahora en adelante, me temo.

Hoy, se acababa la primera ronda de exámenes (buen día, ¿no? que celebramos el nacimiento de lo nuevo y la muerte de lo viejo, muy providencial). Con esta primera etapa se acabó una persona. La angustia, muy a mi pesar, se impuso a la alegría del Evangelio durante los pasados días.

Pero, como tenemos que hacer de toda cruz nuestra salvación, la Virgen me ha enseñado varias cosas. Me ha enseñado a miraros al corazón y a mirar al resto al corazón. Desde luego, estoy convencido que nos quiere tanto que salta de alegría viendo cómo aprendemos, por eso es tan buena Maestra.

Todo el día dándole vueltas. ¿Si yo estoy tan mal, cuántos no estarán mal en esta misma ciudad y mucho peor que yo? ¿cómo saber de sus sufrimientos y rezar por ellos? Como el examen lo tenía un poco pasadas las 3 de la tarde. Pues decidí rezar la Coronilla por el camino... y, de esta forma, sin darme cuenta, iban pasando ante mis ojos las necesidades de las personas. Y yo, a la vez que me sorprendía, imploraba misericordia por ellos. ¡Así es como trabaja Dios! ¡Es así como enseña la Virgen, sin darnos cuenta! Mi angustia se redujo a nada. No tengo tiempo para pasarlo mal, hay muchas almas que necesitan una ayudita, necesitan corazones alegres, sinceros, fieles, firmes, constantes, que nunca abandonen. Viviendo esta experiencia llegué a la facultad.

Al finalizar el exámen, fui a la parroquia, me puse de rodillas, y grandes ríos de amor y preocupación corrieron entre dos corazones: el mío y el de mi Cristo, en el Sagrario. Salí y con el rosario en la mano, me he dirigido al parque. Allí, silenciosamente y despacio, con mi decena en la mano, lo he rezado paseando. Ha sido el segundo paseo. Y en este, al igual que en el primero he visto cómo la gente vive y qué necesita. Este ha sido mi rosario particular.

Me he propuesto hacer de vez en cuando estos "paseos por las almas" que tanto me ayudan y ayudan a los demás. Pero vaya, tampoco tengo que irme muy lejos pues por teféfono, en la facultad o incluso en mi piso se ve lo que el alma necesita. Ese será mi apostolado. Hay que estar alerta, hermanos, siempre vigilante. No podemos dejar de pedir por todas las almas. Ni una sola se nos puede olvidar. ¡Harta empresa! Pero más harto es el Apoyo que tenemos. Gracias por ser hermanos, compañeros en este viaje. Sois un regalo celestial. Os encomiendo, como siempre, a esa Reina del cielo y de la tierra que tanto nos da.

lunes, 21 de junio de 2010

¿Como el joven rico?

Es cierto lo que dicen de que el hombre es un animal de costumbre. Y depende de qué habito tengas, así te costarán más o menos las cosas. Dios conoce muy bien esto.

Hermanos, ¿qué puede ocurrir cuando el Señor te apremia y tu lo dejas en stad by? Empieza mostrandote poco a poco lo que te quiere, con acciones completamente divinas. Continua con hacerte sentir la Gracia. Sigue dandote revelaciones de qué es lo que pretende de ti. Y es aquí donde se prueban los corazones más valientes y que más lo aman.

Justamente, yo acabo de recorrer las tres etapas, como supongo que muchos de vosotros. Y estoy experimentando la sensación que me confirma, una vez más, lo mucho que le urge a Dios la obrita que nos ha encomendado. He de deciros que desde hace mucho tiempo tomé a Dios como un verdadero Padre, el único que pase lo que pase estará ahí. Así, acudo habitualmente a El para tomar fuerzas, para poder continuar adelante, contandole todo como un hijo pequeño hace con su padre.

Ahora, como bien sabéis, los estudiantes estamos "de exámenes". Dios me tenía acostumbrado a darme grandes consuelos especialmente en este tiempo, mandandome fuerzas que eran evidentes de donde provenían. Hasta el punto de llegar a estudiar varios exámenes en la cama de un hospital, y luego sacar bastante buena nota. Son estas cosas que surgen de la confianza en Dios pues cuando te ves impedido por algún motivo El es lo único que te queda.

Ahora, hermanos, me está ocurriendo lo contrario. Ya no es que eche en falta el consuelo de Dios (que por supuesto), es que me está quitando hasta las fuerzas físicas y mentales. Y lo curiosos es que no soy el único. Esto, hermanos, me está costando mucho. Los exámenes de este cuatrimestre me están costando hasta la salud. Bienvenida sea la enfermedad para poder alabar a Dios en ella. Siento mucha impotencia pues sé que puedo hacerlo, pero no en estas circunstancias.

Cuando impones tu voluntad a la de Dios, corres el riesgo de no saber valerte por ti mismo. Y hasta aquí puedo leer, como decían en aquel programa. Si os puedo decir una cosa: la carrera me la tomé como algo personal, no como una necesidad de este tiempo. Fue el mayor reto de todos. Ahora, me doy cuenta que el mayor reto es seguir a Dios. ¿No fue esto lo que le pasó al joven rico, que cuando había hecho todo y Jesús le pidió desprenderse de sí mismo, vaciarse de sus tesoros, lo que más amaba, y él se va triste?

Hermanos, ¿qué puedo hacer? ¿Qué hago cuando Dios suspira por mi alma por entero? ¿cómo decirle que se espere, al menos, un año más? No sé si podré aguantar sin su ayuda, y me temo que me ha dejado bien claro qué es lo que me pide. El otro día, a unas monjitas de clausura amigas les comentaba este problema: "somos de la opinión de que siempre se debe tener algo que te avale civilmente pero la locura que te pide quizá requiera de grandes sacrificios".

Ciertamente, hermanos, las grandes cosas requieren de grandes sacrificios. Dejar que mi corazón sea su casa por toda mi vida en la tierra requiere vaciarme todo mi yo, abandonando hasta el mismo concepto, para dejarle espacio a El. "Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias" (Sal 51, 19)

Cuando se nos rompen las costumbres tenemos dos opciones, acostumbrarnos a la voluntad de Dios o acostumbrarnos a luchar toda la vida. Hermanos, algunos estamos ahora en una etapa de lucha, esa lucha que siempre hemos evitado y tan fácilmente hemos buscado argumentos, una lucha que hasta da vergüenza haber llegado aquí. Mientras, a pesar de esta falta de fuerzas, este desfallecimiento que no me permite casi asimilar nada, me sigo encomendando a mi Padre pues en el "aprieto siempre me da anchura". ¡Qué infeliz se está cuando se va en contra del buen Dios! ¡Bien sabe El lo que me cuesta tener que olvidar todos mis planes y lanzarme! ¡Mi costumbre es aferrarme a lo seguro! Sigo esperando en el Señor. Seguid esperando en el Señor.

Como siempre, os encomiendo a la Virgen. Preguntadle a Ella qué quiere su Hijo de vosotros, que os lo dirá tarde o temprano.

jueves, 17 de junio de 2010

Ayudémosle

"Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?
Pedro le contestó:
-Sí, Señor, tú sabes que te amo.
Entonces Jesús le dijo:
-Apacienta a mis corderos.
Jesús volvió a preguntarle:
-Simón, hijo de Juan, ¿me amas?
Pedro respondió:
-Sí, Señor, tu sabes que te amo.
Jesús le dijo:
-Cuida a mis ovejas.
Por tercera vez insistió Jesús:
-Simon, hijo de Juan, ¿me amas?" (Jn 15,15-17)

Jesús, una vez Resucitado, vencida la muerte, tiene una preocupación: no dejar turbada el alma de Pedro. Tres veces lo negó y tres oportunidades le da Cristo de reparar la ofensa, de que su alma halle la paz. Siempre la misma respuesta: APACIENTA A MIS OVEJAS.

Es este mismo Corazón que no para de dar oportunidades... ¿somos todos como Pedro? ¿Cuántos no responden? ¡Está clarisimo!¡Se deshace en tierno y generoso Amor por nosotros! "¿me amas más que estos?"

¡Es hora de responderle SI, SI, SI SEÑOR, TU SABES QUE TE AMO! ¿CUAL ES TU PREOCUPACION? "Apacienta a mis ovejas". Es el último mensaje: darLe a los hermanos. ¡Gran misión! ¡La misión de la Iglesia!

Es aquí donde nace la Necesidad de Dios.El siemrpe quiere darSe al alma. Los hombres somos los portadores de Nuestro Señor. Es aquí donde nace nuestra vocación: acoger al Señor con todo el amor del mundo por todos los corazones que lo rechazan. Hacer de nuestra vida, por entera, Su Morada. Una Morada de Alivio. Esta aventura requiere vaciarse por entero para poder llenarse por entero de Dios.

¡Es Dios el que nos convocó desde el principio! La Necesidad de Dios de fundar en nuestros corazones nos apremia, nos urge, nos llama al cambio inminente. Es una vocación sencilla y silenciosa. ¿Cómo lograrlo?

Dios nos dejó los dos mejores regalos que podria habernos dejado: la Eucaristía y su Madre. Con ellos, todo lo podemos, absolutamente todo. ¿No es acaso en la Eucaristía donde se nos da por completo diariamente? ¿Acaso no está en el Sagrario a cada instante preguntandonos si le amamos? ¿No tenemos la Madre que más nos quiere? Aprendamos de ella, que tan bien apacienta a sus ovejas dandonos a Jesús sin medida.

Esta vocación requiere de una vida como la de la Virgen: humilde, serena, casta y entregada. En definitiva, una vida de total servicio al hermano a través del servicio a Dios. Una vida como la de Nazaret:

Alegría de espíritu, que nace del gozo de tener esta "morada divina" en nosotros. Imposible contenerla.

Paz de alma, ya que vivimos un "trocito de cielo en la tierra."

Pobreza, pues sabemos que sólo con El nos basta.

Permanente servicio, velando el Corazón de Cristo, orando por todos los hermanos, sirviendonos entre nosotros.

Castidad, muestra del compromiso tan grande que tenemos hacia El.

Silencio, que crea el ambiente necesario para escuchar lo que necesita en cada momento.

Amor a la Eucarístia, con continua adoración, no dejandola sola un instante en el Sagrario, haciendo de cada jornada una continuación de la misma.

No es otra cosa que lanzarnos a ser MARTIRES Y ADORADORES DE SU AMOR: mártir pues gastamos hasta el último aliento por su Amor y Adorador ya que cuidamos suave y continuamente de su Corazón. Nuestra Madre, María, será nuestro Auxilio, nuestra Colaboradora, nuestro Modelo. Y con Ella, poder ser fieles a la vocación. En definitiva hermanos, buscamos que nuestras almas alcancen la santidad a los ojos de Dios para poder ofrecerle lo mejor a Cristo: este es nuestro ideal de santidad.

Los signos externos, hermanos, deben mostrar todo esto. Deben mostrar la cantidad infinita de Amor que da el Señor; bien podría ser así nuestro hábito. Al igual que Cristo mora y descansa en nosotros,así moramos y descansamos nosotros en el mejor convento de todos: su corazón. Nuestro convento terrenal debe ser igual para toda alma: un lugar donde descansar del mundo y sobre todo encontrar el amor de Dios. Bajo la mano de nuestra Santa Madre Iglesía, obedeciendola en todo y yendo allí donde nos mande. Aprendemos de las almas que volaron alto en la contemplación: Santa Teresa de Jesús, Santa Teresita del Niño Jesús, Santa Margarita María de Alacoque, San Bernardo, San Agustín, Santo Tomás y San Bruno.Tomamos prestado enseñanzas de la vida activa a Padre Damián, el Santo Cura de Ars y San Alfonso María de Ligorio

¿Dificil empresa? Nosotros, sus siervos, que poco tenemos y sabemos, debemos confiar, confiar y confiar. Ese es el mayor impedimento de nuestro tiempo. Lanzarse cuesta mucho pero tanto más se nos dará. ¿No es preciosa esta entrega? Queda todo por hacer y Cristo necesita de nuestra mano. Ayudemosle: matsim100@hotmail.com

lunes, 14 de junio de 2010

EL LLAMAMIENTO



El Señor nos ama tal cual somos.

El Señor sabe de nuestras debilidades.

El Señor nunca falla.

El Señor nos da la felicidad.

El Señor nos ha salvado.

Hermanos, a todos aquellos que sentimos que el Señor es nuestro mayor tesoro; a aquellos que tenemos miedo de saltar a sus brazos para toda la eternidad; a todos los que vemos en Cristo al Amor Supremo; a aquellos que nos ha mostrado su Inmensa Misericordia; a aquellos que es sólo el Señor nuestra alegría... a todos estos nos llama el Señor para un camino especial.

En un rinconcito del Corazón de Cristo, El, nos está esperando hermanos. El dolor que siente es tanto que nos pide que nos consumamos desde ya por El.

Si el Señor nos llama a cuidarLe, si el Señor nos está insistiendo en entregarle la vida, si es el mismo Señor el que nos necesita quizá sea este mensaje una forma más de llamarnos.

Con el beneplácito de Cristo y con la ayuda de la Nuestra Madre:

DIOS NOS CONVOCA A SEGUIRLE

Cristo necesita fundar en nuestro corazón su descanso. ¿Estamos listos hermanitos? Seguramente no. Eso no es lo importante. A Dios le urge tanto que está llamando a seglares como nosotros, pobres y sin pertenecer a ninguna congregación o grupo, para ser SU GRUPO, el grupo de sus siervos pues respondemos a sus Necesidades. Vivir como verdaderos hermanos cuya única preocupación sea cuidar de su Corazón. Intentar ser santos a los ojos de Dios para poder ayudar con la oración y el ejemplo al hermano, llevando una vida "celestial en la tierra". Todo con gran sencillez y enorme entrega. ¿Nos llama Cristo a esta aventura? Siendo nuestra vida pobre pero alegre, sirviendonos entre nosotros, siendo el más grande el más pequeño, nuestro verdadero hábito el Amor de Dios, nuestro verdadero Convento su Corazón y nuestra misión cuidar del Señor. Y así quiere Cristo reflejarlo en el estilo de vida que necesita fundar. ¡¿Queremos aliviarlo un poco?! Gran empresa nos pide, pero tanto más se nos dará.

Desde hace unos meses está encomendada esta aventura a la Virgen, a religiosas y a enfermos. Encomendadlo vosotros también hermanos, por el Amor de Dios.

Os dejo el siguiente correo para comenzar está gran empresa que Dios nos pide:

matsim100@hotmail.com

Cuanto antes respondamos, antes vivirá Cristo en nosotros. Seamos fieles. Ánimo, hermanos, mucho ánimo. Os encomiendo a todos vosotros, elegidos, al Sagrado y Necesitado Corazón que no importa como somos, sino como seamos ante Sus Ojos.

PD: A todos los lectores, les ruego que difundan este mensaje via blog, correo, o como mejor estimen oportuno de tal forma que llegue a muchas personas. Recordad que son muchos los llamados y pocos los elegidos.