Como decía Machado en sus "Proverbios y cantares":
"Todo pasa y todo queda".
Es cierto, no es otra cosa que lo que se nos repite en el Evangelio: estamos aquí de paso. "El que es honrado en lo poco también es honrado en lo mucho" (Lc 16, 10). Nosotros vivimos en lo poco. Lo grande, lo mucho es el cielo: a vivir allí estamos destinados.
Un día, un familiar me preguntó por qué siempre tenía una maletilla en el suelo de mi cuarto, sin deshacer, lista para cualquier urgencia. Le dije la verdad, que es la única forma de acordarme de que no estamos más que de paso, que nada vale aquí, salvo el Amor de Dios, entregarse del todo a El. Desde entonces, mucho le debo a la maletilla, de verdad.
Hoy mismo, hemos sabido que las dificultades económicas vuelven a mi casa. Algunos años atrás, habría habido en estos días más "uff" y menos referencias a la confianza a Dios. Cuando he colgado el teléfono me ha invadido una sensación de paz y miré la maletilla. Y es que, mi familia y yo cada vez vemos más que la paz sólo la da el Señor, que queremos vivir cerca del Señor. Como me decía un hermano enviado por Dios hace unos días: tenemos que ser como la radio, estar siempre sintonizados con el de Arriba pues, de otra forma, no captamos más que interferencias y no somos otra cosa que instrumentos inútiles.
Esto mismo se lo debo, en parte, a esta maletilla. Hay que tenerLo siempre presente. Hasta cuando me dicen la nota de un exámen, cuando estáis preparando tantas cosas para las vacaciones con los pequeños, cuando estáis esperando la llamada del prior o la superiora para ver cuando entráis al convento, cuando vivís con la comunidad allí por Cádiz, cuando las tesis en Argentina cuesten trabajo, cuando dentro de la clausura las cosas no salgan según los previsto, cuando veis a ese hombre en la calle pidiendo... si perdemos eso, si perdemos el Centro de nuestras vidas, ¿qué nos queda sino morir en vida?
Os pido un favorcillo: tened presente en vuestras oraciones a un hermano que está siendo valiente en la entrega al Señor. Pedid pues todos sabemos lo dificil que es desprenderse de las cosas del mundo y ser valientes. Apoyemoslo ahora que nos necesita. Estáis en cada minuto de mis oraciones. Os encomiendo al Corazón de la Virgen, para que siempre os cuide y os ayude. Gracias hermanos, de corazón.
No dudes que rezaré, y lo más importante, haré rezar por tí a mis ancianos, que todos ellos tienen más de cincuenta años de vida religiosa. Un abrazo: Joan Josep
ResponderEliminarDesde que te conoci en este Blog estas en mis oraciones, te ayudare en lo que me pides hermano, un saludo.
ResponderEliminarCuánta ternura de tu parte hermano haber recogido todas nuestras historias... La confianza en Dios, por encima de todo, es lo que a cada uno nos permite seguir caminando. Dios te bendiga.
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