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"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"







Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com




domingo, 29 de abril de 2012

Los buenos pastores

«Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas… Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen». Así nos habla Jesús a cada uno de nosotros. ¿Podemos decir nosotros que le conocemos? Nuestras obras, nuestras palabras y actuaciones cotidianas lo demostrarán.

A veces me pregunto si quienes ya tienen la responsabilidad de guiar al rebaño se plantean esta premisa de Jesús cada día de su vida. La vocación, particularmente la sacerdotal, no es algo que afecte exclusivamente a la persona que siente la llamada de Dios, ya que de su forma de ejercer el Ministerio dependerá más tarde el que otros se acerquen o se alejen más de Jesús.


Por supuesto que durante el periodo de formación los seminaristas (futuros pastores) se van preparando para atender tras ordenarse a la comunidad (rebaño) que les fuese encomendada. Sin embargo, no son pocas las ocasiones en las que se corre el riesgo de acomodarse en el redil, dedicarse en exclusiva a las ovejas mansas, olvidarnos por completo de las que se han extraviado y, lo que es peor, abandonarlas a su suerte cuando hay un problema. 


El Buen Pastor conoce a sus ovejas... Qué pena que con las muchas "ocupaciones" como hoy tienen tantos jóvenes sacerdotes se vaya perdiendo la costumbre de visitar a los feligreses, de ir a buscar a sus casas a aquellos que nunca van a la parroquia, de llevar el mensaje de Jesús a todos los que les han sido encomendados... Cuando veo, por ejemplo, a los Testigos de Jehová caminar por las calles tocando en cada puerta... cuando observo como en numerosas ocasiones les dan literalmente con ella en la cara, cuando veo que se despiden respetuosos y van al siguiente domicilio, la verdad es que me siento un poco avergonzado de que no tengamos ese tesón los católicos. Cuesta trabajo buscar a la oveja perdida y pensamos con demasiada frecuencia que para qué arriesgar las que ya tenemos por una que se marchó voluntariamente... total, si quiere volver ya sabe donde estamos...


El sacerdote que llega nuevo a una Parroquia viene con sus ideas y procura ponerlas en práctica. Pregunta por las actividades que se realizaban anteriormente y modifica aquellas que no son de su total agrado. Se rodea de catequistas, de cofrades, de las señoras que acuden cada tarde a rezar el Rosario, pero qué pocas veces se interesa de verdad por aquellos que abandonaron el rebaño. Ponen como ejemplo de su buen hacer a la oveja más ejemplar de todas, pero qué poco interés les despierta la que está al fondo más retraída. Conocemos la frase de Cristo "... las llamo por su nombre y me obedecen" y, a veces sin darnos cuenta, confundimos el seguimiento que han de tener los demás al Mensaje de Cristo con el seguimiento a nuestros caprichos propios.


Hoy que la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones desearía que aquellos que han escuchado la voz del Buen Pastor tengan siempre muy presente lo que el apóstol Pedro, uno de los primeros en seguir al Maestro, recomendaba en su primera Carta:

"A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a manifestarse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo, gobernándolo no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por sórdida ganancia, sino con generosidad; no como déspotas sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita".

Os adjunto un vídeo en el que sobradamente se nos muestra lo que significa dar la vida por los demás, incluso por los que no lo merecen. Eso fue lo que hizo Cristo, el Buen Pastor, amarnos tanto que dio su vida por nosotros; que sigue ofreciéndose cada día en el Santo Sacrificio de la Misa, ofreciéndonos el perdón, aunque haya habido tantas veces en las que hemos dejado de escuchar su voz, apartándonos de su lado. 



1 comentario:

  1. "Os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con conocimiento y con inteligencia" (Jr 3,15). Esta es la promesa que el Señor dirige por medio del profeta a todo el pueblo, sobre quienes vaticina no sólo la nueva unidad, sino el retorno y reconocimiento de Jerusalén como único lugar de reunión para todo Israel y para las demás naciones.

    Nosotros, los cristianos, somos herederos de esas promesas. La unidad no la hemos cuidado mucho y, desgraciadamente, la exigencia hacia nuestros pastores se ha disipado.

    Estamos tan hartos de oir que estamos en crisis que ya no somos conscientes hasta donde ha llegado esa crisis. El problema es que ya no solo es economica sino también interior. No nos sentimos responsables, para nada, del ejemplo que los pastores que dirigen nuestras comunidades den. Tenemos que pedir que sean segun el corazón de Dios y que sepan aparentarnos con conocimiento y formación.
    Recuerdo hace unos años que se puso de moda la palabra "pastoral de los alejados". Un dia mi madre me pregunto que que era aquello. Con mucha labia se lo explique: el sacerdote que ha de ir a buscar a cuantos no se sienten hijos de esta iglesia, llegar a sus necesidades, consolarlos....Mi madre me miro y me dijo: o sea lo que hacian antes de tantas zarandajas. Y es que, como nos decian de estudiantes: al que no reza, Dios le castiga con reuniones. Y en eso parece ser que se han convertido nuestros pastores. Para hablar con ellos tienes que pillarles al vuelo, o en el despacho parroquial a unas horas imposibles para la mayoria de los que, afortunadamente, tienen trabajo. En el confesionario, raro encontrarlos y sino...reunido. Aun estoy esperando conocer la noticia de parroquias que adaptan los salones para dar de comer a feligreses que estan y en grado de mendicidad. Que palacios episcopales abran para dar de comer a familias.

    Siento pena de la posición que nuestros pastores han adquirido, voceros vacios que llevan a hacer propaganda gratuita de un club en la homilia de Viernes Santo televisada.

    "Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios" (Is 40, 1) y en lugar de esto parece que lo que quieren marcar es la division en el pueblo de Dios.

    "Yo soy el buen pastor; el buen pastor da Su vida por las ovejas" (Jn 10,11) Cuando un pastor deja de serlo y se convierte en asalariado el daño en el rebaño es enorme. No podemos olvidar la maxima: nadie se salva ni se condena solo. La trascendencia de nuestros actos no tiene limites. Y la de un pastor mas aun.

    En 1992 el beato Juan Pablo II nos regalo la exhortación apostolica Pastores dabo vobis. En ella hablaba tanto a los fieles como a los pastores como debian ser estos y lo que el pueblo fiel debia exigirlos que vivieran: "Además, precisamente porque dentro de la Iglesia es el hombre de la comunión, el presbítero debe ser, en su relación con todos los hombres, el hombre de la misión y del diálogo. Enraizado profundamente en la verdad y en la caridad de Cristo, y animado por el deseo y el mandato de anunciar a todos su salvación, está llamado a establecer con todos los hombres relaciones de fraternidad, de servicio, de búsqueda común de la verdad, de promoción de la justicia y la paz. En primer lugar con los hermanos de las otras Iglesias y confesiones cristianas; pero también con los fieles de las otras religiones; con los hombres de buena voluntad, de manera especial con los pobres y los más débiles, y con todos aquellos que buscan, aun sin saberlo ni decirlo, la verdad y la salvación de Cristo, según las palabras de Jesús, que dijo: «No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mc 2, 17). (PDV, 18) Os aconsejo que leias este documento tan olvidado.

    De todos es responsabilidad, no solo el pedir a Dios cada dia que nos envie pastores según su corazón. Sino tambien ser solicitos y exigentes con ellos. Que sean sacerdotes-sacerdotes.

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