Ya he publicado varias cosas sobre esta monja del siglo XVII que inició la recolección agustina inspirada por los escritos de Santa Teresa de Jesús. Leer su única obra, "Las fundaciones", es una aventura espiritual que pone en su sitio las realidades del alma. Con un criterio buenísimo, la madre explica muy sencillamente toda su vida de entrega a Dios, en biosíntesis con la realización de la Voluntad de Dios en las 4 fundaciones (que perduran hoy día).
Una de las virtudes más resaltada en la madre es su amor al Magisterio y a los sacerdotes. En este mes tan sacerdotal, nos dice la autora de "Las fundaciones",
"Un sacerdote dijo de mí a una señora un día: Mire, señora, no deje entrar a esta embustera en su casa
Recuerda tanto este episodio al del padre Pío cuando le comentaron que su Obispo lo criticaba... Amor por encima de todo al sacerdocio, por encima de todo... ¡Qué exagerado parece en este tiempo un amor tan extremo! Sin embargo, ¿quién no ama a quien tanto ama Dios? ¿quién no ama a quién hacen posible que el perdón y la Eucaristía vengan a nosotros? Pero la madre insiste:
"El medio más eficaz que las almas pueden poner es el frecuentar la Sagrada Comunión, y así, los confesores que a las almas que gobiernan las encaminan por este camino, las harán que lleguen más aprisa a la perfección."
"Los que dejan de hacer alguna cosa del servicio de Su Majestad por sujetarse a la obediencia de sus ministros y rinden su juicio, no por eso pierden la virtud, antes dispone Dios el sacar de este rendimiento muchos aumentos en las mismas virtudes que deseaban."
Tenía un conocimiento enorme de las virtudes que un sacerdote debe tener para dirigir almas. Santa Teresita escribe lo mismo en su "Historia de un alma". Y al igual que ella, amaba tanto a las almas que valoraba enormemente el bien tan grande que puede hacer un sacerdote:
"...que alentase a todos a la frecuencia de la Sagrada Comunión, que decía: Quien fuera tan dichosa que pudiera subirse al púlpito y dar muchas voces diciendo a todos
Pero las cosas, en extremo, salvo el Amor a Dios, se convierten en verdaderos enemigos del alma. Por eso con acierto afirma que:
"No tengo mi confianza puesta en el Señor Arzobispo, sino en Dios, y Él me ha de ayudar."
Estos son sólo algunos extractos de toda la obra que la madre escribió por obediencia. En las contadas ocasiones que he aprovechado este blog para animaros verdaderamente a moveros ha sido porque realmente era algo de lo que podemos sacar mucho provecho espiritual. Esta es una de esas ocasiones: leed este libro, conoced a la madre Antonia de Jesús y rezad para que el milagro se dé pronto y podamos venerarla como beata.
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CONVENTO CORPUS CHRISTI
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C/ Gracia, 9 GRANADA
Mil gracias que elSeñor nos ayude a caminar en santidad como tantos hombre y mujeres que nos han dejo ejemplo de vida unidos en oración
ResponderEliminarLourdes, tienes mucha razón; muchos nos han precedido y nos han demostrado que dejarse hacer por Dios hace posible la santidad. La oración lo consigue todo. Te encomiendo a María
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