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"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"







Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com




miércoles, 13 de febrero de 2013

Ayunos, penitencias y sacrificios



Con la llegada de la Cuaresma, las palabras que dan título a esta entrada comenzarán a escucharse una vez más con bastante frecuencia en los ámbitos religiosos.

De  pequeño recuerdo como nos enseñaban en casa la tradición de “guardar la Vigilia” que así llamaban en mi tierra a no comer carne los viernes siguientes hasta llegar a la Pascua. También los sacerdotes nos recordaban que había que hacer penitencia y el Miércoles de Ceniza nos dejaban un poco asustados con aquello de recordarnos que “polvo eres y en polvo te convertirás”… claro que nuestro entusiasmo infantil nos hacía olvidarnos pronto de la certera sentencia y nuestra mente parecía quedar lejos de esos sacrificios que tanto nos incidían debíamos llevar a cabo durante este tiempo… Después crecimos y  hubo algunos cambios en la Liturgia… el “memento mori” acabó siendo sustituido por el “Conviértete y cree en el Evangelio” y la Ceniza dejó de convertirse en un acto casi oficial de los colegios como lo fue en mis primeros años. 

Así llegamos a nuestros días, inmersos muchas veces en recuerdos de otras épocas, y notamos, sin embargo, que sigue habiendo cosas que, pese a escucharlas año tras año, no acabamos de otorgarle el verdadero sentido que habrían de tener. Y me explico: Siempre me he preguntado, por ejemplo, que sacrificio sería para un vegetariano el no comer carne los Viernes de Cuaresma, o qué supondría ayunar un día como hoy para una persona que ha probado ya siete sistemas de adelgazamiento distintos porque está bastante gruesa… En un caso y en otro, esta piadosa práctica que diferenciaba este tiempo de los demás del año, poco esfuerzo habría de suponerle a los ejemplos referidos.

Hubo tiempos (supongo que hoy también… hay gente para todo) que las gentes mortificaban sus cuerpos con sangrientas penitencias que les servían para recordar aún más la Pasión de Cristo. Sin embargo, ¿Cuántos estarían dispuestos a infringirse incluso un dolor corporal antes que volver a dirigirle la palabra, por ejemplo, a alguien que consideraban les había ofendido?... Nuestra vanidad, nuestra soberbia y orgullo, nuestra desidia… esos son los males que debemos desterrar en la Cuaresma y no quedarnos exclusivamente en lo externo, en la costumbre (por piadosa que sea) y en las palabras huecas que, como los buenos propósitos que se hacen a comienzos de año y se abandonan poco después, no sirven para nada.

Me gustaría que nos planteásemos penitencias positivas, ¿y qué es eso? Os preguntaréis muchos de vosotros. Pues, sencillamente, hacer aquello que nos cuesta trabajo y que a la vez puede beneficiar a alguien. Si os dijera, por establecer un supuesto, que me resulta cómodo poner una sonrisa y olvidar de corazón el daño que otra persona me haya causado, os mentiría, evidentemente. Hacer lo que os propongo sería para mí un sacrificio, pero si lo hago, conseguiría además que donde hubo odio se ponga amor, donde existía el resentimiento resplandezca el perdón. Eso puede costar, y mucho, pero podemos intentarlo… Por lo pronto, os diré cual va a ser mi primer pequeño sacrificio de esta Cuaresma. Luchar contra la desidia, desterrar el desánimo y atender con más frecuencia este blog y vuestros mensajes, haceros presente que me tenéis a vuestra disposición y demostrarlo, no sólo con palabras, sino contestando vuestros correos y procurando escribir temas que sirvan para acercarnos un poco más a la Vocación, la del sacerdote, la de la religiosa, la del laico… en definitiva, nuestra vocación de cristianos. Sé que me supondrá un esfuerzo (a veces ocupamos demasiado nuestro tiempo y nos olvidamos de las cosas verdaderamente importantes), pero estoy seguro que con la ayuda del Señor y con vuestro apoyo lo conseguiré. Os animo a que practiquéis durante esta Cuaresma esos “sacrificios positivos” y contribuyamos de ese modo a poner de relieve el Amor (con mayúscula), el mismo que centra todos los Mandamientos, el mismo por el que Cristo se entregó y se sigue entregando cada día por todos nosotros.


4 comentarios:

  1. Hemos comenzado el tiempo de Cuaresma. Tiempo en que la Iglesia nos pide examinemos nuestro corazón, nuestra vida, nuestras actitudes ante Dios y ante los hombres nuestros hermanos. Nos invita a la metanoia.
    En la Escritura hay muchas citas que pueden alimentar nuestra reflexión sobre la metanoia, pues se trata de una auténtica palabra clave de la Buena Noticia que se repite una y otra vez. La teología bíblica nos dice que la metanoia es un cambio profundo de corazón y mente; una reorientación total hacia Dios cuyo resultado es una nueva pauta para nuestras acciones y reacciones. Consiste en rendirnos ante Dios incondicionalmente, con la firme determinación de cumplir en todo su voluntad.
    Vamos a concretar ahora de modo más práctico esta descripción. Todos los días adoptamos gran número de decisiones. La mayoría son pequeñas; de vez en cuando se presenta alguna más importante; y en muy escasas ocasiones se trata de una decisión de gran alcance. No obstante, las pequeñas opciones son significativas, puesto que, en conjunto, determinan nuestro estilo de vida, que expresa nuestra actitud básica mucho mejor que nuestras palabras y acciones. En nuestro estilo de vida está en juego nuestra integridad esencial; aunque es preciso añadir que una gran parte de nuestra vida no responde a una opción personal sencillamente, no somos capaces de cambiarla. Sin embargo, incluso en estos casos, la reacción ante lo inevitable sigue estando en nuestras manos; es una opción que siempre nos corresponde a nosotros. Por otra parte, con frecuencia actuamos siguiendo una cierta rutina o de un modo espontáneo e impulsivo, de modo que muchas opciones no son realmente deliberadas.
    No obstante, sea cual sea el modo en que las adoptemos, las elecciones son decisivas en la vida. San Agustín las comparaba con las cuerdas de un arpa: les es indispensable un marco, aunque son las cuerdas las que producen la música. El jesuita John C. Haughey plantea la cuestión de modo más gráfico: “Pese a que vaya en contra de las apariencias, un individuo no se convierte en persona creciendo físicamente hacia arriba, espacialmente hacia el exterior o reflexivamente hacia el interior. A la ‘yoeidad’ se llega fundamentalmente por elección. Es en el acto de elegir donde más se afirma y se encarna el espíritu de la persona. Nuestras opciones expresan nuestra autocomprensión y, al mismo tiempo, la posibilitan. Por contraste, los que no optan o lo hacen a medias viven en la inmadura condición de quienes quieren ‘tocar de oído’. Bailan cuando otro toca y se lamentan cuando otro decide que ha llegado el momento del canto fúnebre. Un individuo que no es lo bastante autosuficiente verá como su entorno, su familia, sus apetitos, o cualquier otra fuerza externa a sí mismo, usurpan el lugar y la función que debería asumir su propio espíritu. El hombre ha luchado durante siglos contra la esclavitud con la firme convicción de que su forma involuntaria de determinismo es mala. La ironía de la presente época es que haya tantas personas que, aunque son libres para obrar de otro modo, consienten en que se las someta a la voluntaria esclavitud de la indeterminación”.
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  2. .../...

    El hecho es que todas nuestras decisiones, pequeñas o grandes, deliberadas o tácitas, las adoptamos de acuerdo con un conjunto de prioridades que hemos interiorizado. Cuando nos encontramos ante una opción, decidimos consultando nuestra escala de valores (por muy implícita que sea esta consulta). Cualquier cambio en nuestra
    escala de prioridades conduce de inmediato a decisiones diferentes y, en consecuencia, a un estilo de vida distinto. Sin pretender ser irrespetuoso, se puede comparar este proceso con un programa informático en el que el más ligero cambio modifica de inmediato el resultado.
    Por tanto, la metanoia es una revisión de nuestras prioridades. Un coche, o cualquier otro instrumento delicado, necesitan ser revisados periódicamente. Con mayor motivo es preciso poner de vez en cuando a punto nuestra conciencia, esa “suave voz interior” que regula toda nuestra vida. A lo largo de los años, nuestras prioridades van cambiando sin que nos demos cuenta. Podemos con toda honestidad creer que determinados valores tienen una gran importancia en nuestra vida, cuando, de hecho, han bajado muchos puestos, aunque nosotros sigamos pensando que figuran en los primeros lugares. Análogamente, podemos creer que determinados valores no significan mucho para nosotros y, sin embargo, de un modo imperceptible, han ido adquiriendo una gran relevancia en nuestro modo de elegir y de actuar. Quien lleve cierto tiempo sin hacer frente a este problema se encontrará con algunas sorpresas grandes, y probablemente desagradables.
    Las falsas prioridades nos apartan de la voluntad de Dios y son tanto más efectivas cuanto menos conscientes seamos de ellas. Levantan en nosotros ese mecanismo de defensa a través del cual la Palabra de Dios apenas puede penetrar. La esencia del pecado es que no nos dejamos amar por Dios; en otras palabras, y dado que Dios ES amor, no dejamos a Dios ser Dios, a dejarle ser amor, no se manifiesta de modo explícito, sino a través de nuestro estilo de vida, que, a su vez, está determinado por el orden de nuestras prioridades. Por consiguiente, la metanoia consiste en afrontar este orden y corregirlo. Es algo que, aunque puede parecer inocuo, afecta a los esquemas básicos de nuestro comportamiento, que nos pueden resultar gratificantes y podemos racionalizar en gran medida.
    Jesús, que nos llama constantemente a esta metanoia, hace de ella la condición para nuestra fe en él y para ser discípulos suyos.

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  3. Un hermoso blog, felicidades :-)

    Te invito al mío, por si te es de ayuda en tu crecimiento espiritual.

    http://frasesdedios.blogspot.com.es/

    Feliz tiempo de Cuaresma y un abrazo en la luz del Creador.

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  4. Muchas gracias, Javier, por compartir esas profundas reflexiones con todos nosotros. Tu visión teológicas nos enriquece y permite una mayor profundización en los misterios de Dios y del alma. En cuanto a ti, Ana, agradecerte la felicitación que envías y la invitación a pasar por tu blog, como de hecho así lo haré. A través de las nuevas tecnologías podemos seguir difundiendo el mensaje de esperanza del Señor.

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