Esa mañana estaba despidiendome de un familiar. Cuando ya me iba, oí un estrépito en la cocina. Allí me encontré a este familiar llorando con una tortilla a medio hacer en el suelo. Eran lágrima de impotencia. Su brazo, nuevamente, le falló. Y es que lleva unos meses perdiendo fuerza en el brazo derech
o por momentos. Sin embargo, no para de hacer sus actividades cotidianas, le cueste lo que le cuesta y le duela lo que le duela...Curiosamente, ese día una buena amiga me mandó un email con un link a una página en la que se contaba, grosso modo, la vida de la joven que ayer fue beatificada: CHIARA LUCE. Os dejo el enlace al vídeo. Esta chica aceptó y amó su enfermedad, a pesar de su juventud, hasta el punto de que hacía suya la Voluntad de Cristo: "Si Tú lo quieres, Jesús, lo quiero yo también." Desde el primer día, puedo decir que esta beata ha ayudado a mi familia. Así son las cosas del Cielo.

Pero, a pesar de esto, es inevitable preocuparse por el estado de salud de este familiar. San Pío de Pietrelcina, del que hace poco celebramos su nacimiento al cielo, nos dice: "Reza, ten fe y no te preocupes. La preocupación es inútil...La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al Corazón de Dios".
Pues, hermanos, así pude superar y ayudar a la enfermedad de este familiar. Además, aprendí que para cumplir la Voluntad Divina primero tengo que vaciarme, como lo hicieron estos santos y como nos enseñó la Virgen. Es a Ella a quien acudo para pedir por vosotros. En su Corazón Maternal os dejo.











