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"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"







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martes, 16 de febrero de 2010

Detallitos del cielo

Entre lo cansado que estoy (anoche dormí poco porque tengo mucho que estudiar) y lo muchísimo que me cuesta sentarme a estudiar, no paro de darle vueltas a una cosa que ha ocurrido hoy.¿No os ha pasado a veces que la cosa más minúscula, la situación más tonta ha dejado su huella y no paras de pensar en eso?

Esta mañana, mientras iba a la facultad para devolver un libro me he vuelto a cruzar con las dos únicas personas que me emocionan: dos monjas jerónimas. ¡Ay que ver la tontería tan grande! Simplemente, voy andando, con mis cascos puestos, mi mochila, y con prisa, y ahí van, delante de mi dos monjas jerónimas. Nos cruzamos y ya está: sin decir nada de nada. ¡Qué cabeza la mía! Os estaréis preguntando la razón de tanto alboroto en mi interior.

Dios es grande hermanos, muy grande, y sabe bien lo que se hace. El año pasado tuve delante de mi habitación, en mitad del campo de la provincia de Madrid, durante todo el curso, uno de los monasterios de jerónimas más transcendentes en España. Allí fui a misa unas 5 o 6 veces, no más porque había que cruzar una carretera y era peligroso. Yo no les di la menor importancia. Pero cual no es mi sorpresa que, un día de verano, uno de estos días en los que la tristeza y la Llamada Divina se mezclan para que mi alma llegue casi al límite, uno de esos días, me topo en la red con esta página:

http://www3.planalfa.es/msmparral/menu.htm

Es de la orden de San Jerónimos (jerónimos). Algo en mi interior se encendió; creo que fue una de esas veces en la que cogí el movil del alma y le di a rellamada, camino al cielo, a ver qué decía Dios, o mejor dicho, más que una llamada fue un toque, una perdida, porque ahí se ha quedado la cosa. No pasa día sin que no tenga la tentación de coger el teléfono y marcarles al monasterio. Pero no, no lo hago al final. Y es un bucle sin salida. Pues bien hermanos, esta misma orden fue la que tuve delante de mí durante un año entero en Madrid, ni más ni menos. Fue a las dos semanas cuándo caí en la cuenta de que las monjitas de enfrente de casa eran de esa misma orden. Pues agarrate que vienen curvas: fue en ese mismo monasterio donde se comenzó y se ideó la reforma de la rama masculina. ¿Impresionante verdad? Pues no contento con eso, me vengo este año a vivir a Granada, y mi compañera de piso y yo tan tranquilos cogimos el primer piso que vimos en condiciones de habitabilidad. ¿Dónde estamos? a 500 metros un monasterio de la misma orden que antiguamente lo habitaban monjes. Ahora son las monjas las que viven en él. Y son esas mismas monjitas las que me cruzo casi a diario.

Son estos los "detallitos del cielo" a los que me refería. Son estas las cosas que me hacen pensar tanto. Y es que hermanos, ¿no será que Dios está dándome un empujón? ¡Qué dulce es Cristo, y que enorme es su Corazón! Dios sea con todos nosotros hermanos. Hasta dentro de poco. Os encomiendo a San Jerónimo.

3 comentarios:

  1. Francisco:
    qué misterio la vocación. Me decía un sacerdote hace poco que la vocación es de Dios. Él sabe como hace las cosas.

    Te acompaño en la lectura de tu diario de vocación. Adelante.

    En comunión de oraciones,

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  2. Muchas gracias por tu compañía en este camino. Espero poder acompañarte yo también: cuenta con ellos.

    Un fuerte abrazo. Pido por ti a la Virgen

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  3. Hola Francisco, quisiera enviarte un correo con algo que es posible te pareza también uno de esos "detalles" pero no sé como se puede hacer a través de esta página. Espero tu respuesta. Un abrazo

    José M.

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