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"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"







Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com




viernes, 2 de abril de 2010

CARIDAD Y MUERTE DE NUESTRO SALVADOR


No puedo hacer otra cosa que callar y observar. Pensar en Nuestro Señor, muerto, clavado en una cruz, deshaciendose por nosotros...y saber que hemos sido los pecadores los que lo hemos crucificado me llena de pesar. Por eso sólo estoy en silencio, sabiéndome débil. Lo único que le suplico es Misericordia y que le dé a mi corazón la fuerza necesaria para no pecar más, no quiero seguir haciendolo sufrir.

Callo y miro. El silencio de Dios reconforta muchísimo mi alma. Hermanos, anoche en la Adoración en el Monumento le pedí al Señor que por la Caridad Santísima que reinó esa noche y que nos dejó mandada practicar, que me dijera qué quería de mí. MARTIR Y ADORADOR, me respondió. Ser mártir por Él y Adorador de su Misericordia. La grandeza de Dios es infinita. A mí, que sólo Él sabe cuánto pequé, me pide entregarle mi vida. ¡Cuántas almas santas hay y Dios prefirió la mía! Pues así lo haré, con plena libertad me declaro su esclavo. No quiero dejar escapar un sufrimiento, ni una pena que no se la entrege para reparar su Santo Corazón. Y llevar a la práctica lo que se dice al final de la eucaristía: GLORIFICAR A DIOS CON MI VIDA. No podemos dejar pasar a Cristo en nuestra vida como algo más. "Nos urge el Amor de Dios".

Y hoy muere por mí. Aquí os dejo el primer día de la novena de la Divina Misericordia, que acaba con su fiesta el Domingo después de Resurrección. Acuidamos a ella hermanitos.

PRIMER DÍA

Por todo el género humano,
especialmente por los pecadores

Misericordiosísimo Jesús, cuya prerrogativa es tener compasión de nosotros y perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en Tu bondad infinita. Acógenos en la morada de Tu Piadosísimo Corazón y no permitas que salgamos jamás de él. Te lo pedimos por el amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.

Padre Eterno, vuelve Tu compasiva mirada hacia todo el género humano y en especial hacia los pecadores, todos unidos en el Piadosísimo Corazón de Jesús. Por los méritos de Su Pasión, muéstranos Tu misericordia, para que alabemos la omnipotencia de Tu misericordia, por los siglos de los siglos. Amen.

JACULATORIA: Oh, sangre y agua que brotasteis del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, yo confío en Vos.

Rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia.


Pido por todos vosotros a Cristo Misericordioso.

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