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"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"







Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com




domingo, 13 de mayo de 2012

Dos veces Madre

Hoy que celebramos a Nuestra Señora de Fátima, introduzco esta nueva entrada en la que tendréis ocasión de conocer una emotiva vivencia de quien administró con anterioridad esta página. A título personal le agradezco, como no podría ser de otro modo, la oportunidad que el pasado verano me dio de poder dirigirme a todos vosotros a través de estas líneas, haciéndome cargo del blog, y en vuestro nombre le doy las gracias también por seguir recordándonos en sus oraciones y enviarnos su testimonio en una fecha tan importante como esta.
DOS VECES MADRE En este mes recordamos a María, la Virgen María, Nuestra Madre. Pensar en mi Madre es vivir. Sólo acordarme de Ella me sirve para tomar un soplo de esperanza en mi vida, por eso María es vida. No sólo los Evangelios nos hablan de María como Madre en repetidas ocasiones (Anunciación, Visitación, Pasión...) sino que lo vivimos cada uno de nosotros en nuestro día a día. La entrada de hoy va dedicada a la figura de María como Madre. España es la tierra de María, como todos los papas han dicho a lo largo de la historia. Agradezco enormemente a Dios que me haya dado la vida en este país porque desde pequeño se me ha educado con un amor auténtico a María como mi Madre. Recuerdo que de pequeño mi mamá me decía que nunca estaría huérfano porque en el Cielo tengo a otra Madre que siempre está conmigo. Y es que, si gracias a Dios mi madre me dio este cuerpo y me cuida, gracias a Dios mi Madre me dio esta alma y me cuida. Todos los momentos de mi vida han estado marcados por un profundo amor mariano; desde mi Bautizo, tomándo prestado su nombre, hasta mi Primera Comunión, al final de la cual le ofrecí a una imagen de María Inmaculada un lirio, signo de mi agradecimiento por haberme dado a su Hijo por primera vez. Toda mi familia tiene el nombre de María, incluidas mis ahijadas. Hoy quiero contaros algo más personal que todo esto. Y es que la maternidad de María no es algo meramente espiritual sin ninguna trascendencia real en mi vida. Aún recuerdo el día en el que me dí cuenta de que el "sí pero no" que llevaba sintiendo toda mi vida se debía a que Dios me llamaba a dar un paso más. Tenía unos 15 años y estaba cansadísimo de tantísimas horas de autobús. Llovía un poquito (para los andaluces, chispeaba), no teníamos paraguas pero nos importaba poco. Después de dejar todas las cosas en el hotel, a eso de las 11 de la noche, no nos pudimos resistir y salimos disparados hacia la gruta. Yo esperaba que la imagen de la Virgen de Lourdes estuviese en una gran cueva... Medio mojados, el sacerdote con el que iba y yo doblamos la esquina y me lleve la GRAN IMPRESIÓN: en una pequeña gruta escavada en la roca estaba La que había dicho a Bernardette "que soy era Inmaculada Concepción".Y allí, en mitad de una noche lluviosa del mes de Julio, en Lourdes, bajo la tenue luz de las farolas, sólos el sacerdote y yo, quiso María concederme la gracia de mostrarme la Voluntad de Dios en mi vida: ser religioso... Desde entonces, hasta hoy, sobran las palabras. Todo adquiere EL sentido correcto: si en la pobreza de un pesebre nos dio María a su Hijo, si en la desnudez de la Cruz Cristo nos dio a María por Madre, si en la sencillez de aquella cueva la Santísima Virgen le abrió su Corazón a una pastora, en mi debilidad me había dado María la gracia de conocer mi vocación, para que mi vida religiosa fuese la imitación de María, haciéndome pequeño para que El sea más grande. Desde entonces, creedme si os digo que no ha faltado el día en el que Ella no me dé aliento. Por eso María no sólo es Madre de mi alma, también es Madre de mi Vocación.