Acabo de llegar del paseo, como lo acabo de bautizar, "el paseo por las almas". Lo necesitaba, y peor aún, lo necesitaré de ahora en adelante, me temo.
Hoy, se acababa la primera ronda de exámenes (buen día, ¿no? que celebramos el nacimiento de lo nuevo y la muerte de lo viejo, muy providencial). Con esta primera etapa se acabó una persona. La angustia, muy a mi pesar, se impuso a la alegría del Evangelio durante los pasados días.
Pero, como tenemos que hacer de toda cruz nuestra salvación, la Virgen me ha enseñado varias cosas. Me ha enseñado a miraros al corazón y a mirar al resto al corazón. Desde luego, estoy convencido que nos quiere tanto que salta de alegría viendo cómo aprendemos, por eso es tan buena Maestra.
Todo el día dándole vueltas. ¿Si yo estoy tan mal, cuántos no estarán mal en esta misma ciudad y mucho peor que yo? ¿cómo saber de sus sufrimientos y rezar por ellos? Como el examen lo tenía un poco pasadas las 3 de la tarde. Pues decidí rezar la Coronilla por el camino... y, de esta forma, sin darme cuenta, iban pasando ante mis ojos las necesidades de las personas. Y yo, a la vez que me sorprendía, imploraba misericordia por ellos. ¡Así es como trabaja Dios! ¡Es así como enseña la Virgen, sin darnos cuenta! Mi angustia se redujo a nada. No tengo tiempo para pasarlo mal, hay muchas almas que necesitan una ayudita, necesitan corazones alegres, sinceros, fieles, firmes, constantes, que nunca abandonen. Viviendo esta experiencia llegué a la facultad.
Al finalizar el exámen, fui a la parroquia, me puse de rodillas, y grandes ríos de amor y preocupación corrieron entre dos corazones: el mío y el de mi Cristo, en el Sagrario. Salí y con el rosario en la mano, me he dirigido al parque. Allí, silenciosamente y despacio, con mi decena en la mano, lo he rezado paseando. Ha sido el segundo paseo. Y en este, al igual que en el primero he visto cómo la gente vive y qué necesita. Este ha sido mi rosario particular.
Me he propuesto hacer de vez en cuando estos "paseos por las almas" que tanto me ayudan y ayudan a los demás. Pero vaya, tampoco tengo que irme muy lejos pues por teféfono, en la facultad o incluso en mi piso se ve lo que el alma necesita. Ese será mi apostolado. Hay que estar alerta, hermanos, siempre vigilante. No podemos dejar de pedir por todas las almas. Ni una sola se nos puede olvidar. ¡Harta empresa! Pero más harto es el Apoyo que tenemos. Gracias por ser hermanos, compañeros en este viaje. Sois un regalo celestial. Os encomiendo, como siempre, a esa Reina del cielo y de la tierra que tanto nos da.
María, Maestra del Maestro.
ResponderEliminarAlma mía, alma suya. Alma que arde, pide e implora.
Comprendo esos momentos en los que piensas, ¿Que hace la gente? ¿en que piensan? Eres presencia de Dios en la Tierra, todo lo que hagas con Amor lo representa. No tengas miedo de decirlo en voz alta. ¡Me preocupo por ti y te ayudo en nombre de Dios!
Hermano, me llena de alegria y emocion el leer tus palabras, has descubierto un tesoro en esos bellos paseos que dejan ver a traves de tus ojos lo que tantas almas necesitan...¡Que hermoso poder orar por todas las almas!, que dicha ponerse de rodillas y decir, te ofresco mis oraciones por ellos, por quien no me conoce y por quien no he de conocer, hermano que bello apostolado y si me lo permites me gustaria unirme a ti en tan Harta empresa, oremos juntos Hermano, que muchso son los que necesitan oracion.
ResponderEliminarHermanos Juanmi y Maikol, gracias, gracias de verdad porque si no hubiera gente que me recordara que también se preocupan, que también vive lo que yo y sobre todo, que son ejemplo de entrega y trabajo por el Reino, el camino sería más duro. ¡Hagamos de las palabras acciones, ahora que podemos! Como decía San Francisco de Asís, ser Evangelio viviente. Y no puedo dejar de animaros a que sigáis dando testimonio con los blogs. Os encomiendo a la Virgen.
ResponderEliminarPaseo por las almas. Entiendo hermano. En mis oraciones nocturnas, desde mi habitación suelo hacer lo mismo: ir a las cárceles, a los hospitales, a las calles, por las casas de los vecinos... De seguro que sentiste el corazón apretado en un puño... Sigamos rogando por la salvación de todos. Te amo en Cristo.
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