Contacto

"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"







Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com




martes, 1 de junio de 2010

GRAN EMPRESA

¡Ya hemos entrado en Junio! No sé si os pasa a vosotros pero a mí este mes es uno de mis favoritos, y no porque cumpla los años jejeje. Nunca supe por qué, pero me gusta (supongo que de pequeño tenía mucho que ver que me dieran las vacaciones de la escuela y que empezaba el verano). Sea por lo que sea, siempre me ha gustado. Había algo que se encendía espiritualmente. La respuesta llegó el año de mi comunión.

La imagen del Sagrado Corazón siempre produjo en mí una ternura que no sabría explicar. Recuerdo que cuando iba con mis amigos a misa me decían que era un poco tétrica pues se le veía el corazón. Sin embargo, tanto me gustaba la imagen que yo quería, a la edad de 8 añitos, sacarla en procesión e hice ir a mi madre a hablar con el sacerdote para decirselo. El pobre hombre, evidentemente, me dijo que "ya crecería". Aún así, yo no desistí y puse en mi cuarto una imagen del Corazón de Jesús y otra del de María.

Recuerdo que fue en una homilía cuando descubrí el significado real. Tendría yo unos 11 años. Desde aquel día, algo me dijo que tenía que cuidar esta devoción recién nacida. Lo que era un "gusto por la imagen" se convirtió, de repente, en el núcleo de mi fe. "Es el mismo Amor de Cristo lo que nos recuerda esta celebración", dijo el cura. "¡Qué delicadeza tuvo Nuestro Señor recordándonos que por encima de todo, nos ama y quiere que le amemos!" ¿Quiere que le amemos? pensé. Esto, hermanos, aunque parezca una tontería, rompió mis esquemas. Yo sabía, con esa "fe de la infancia" que había que amar a Dios sobre todas las cosas. Pero de ahí a que fuera Jesús el que se entristecía si no lo hacíamos había un abismo.

Y fue entonces cuando descubrí que quería llevar impreso en mi corazón toda la vida al Amor de los amores. Descubrí que más allá de la imagen, se escondía el secreto dela felicidad del hombre. Y fue entonces cuando SENTÍ lo que se hacía en el altar: detrás de aquel pan, por fin, descubrí mi Alegría. Deciros cómo me sentí es algo dificil de explicar. Quizá lo entendáis con las cosas que se derivaron entonces. Entendí, que me habían cuidado mucho esos dos corazones pues en el mes de su fiesta, sin yo saberlo, los había admirado muchísimo.

Vi lo pequeña que había sido mi fe, la inmensidad que se abría ante mí, el reto que suponía ser un cristiano de verdad... no es otra cosa que adquirir conciencia y necesidad del amor mutuo entre Dios y yo. Me propuse no desfraudarLo. Así, empecé a realizar cosas que le agradaran. La primera era estar siempre alegre, pasara lo que pasara pues, en mi corto entendimiento, no podía estar triste. Quería que la gente me recordara por la alegría que se siente cuando eres de Dios. Además, empecé a no contrariar a mi familia.

Estos dos hechos, hermanos míos, fueron clave y lo veo ahora, con el paso de los años. Fue la Providencia, os lo aseguro pues aquella época fue la peor que ha vivido mi familia tanto de amor, fe, salud y dinero. Hoy día, arrastramos las consecuencias de aquel momento, y cuando veo por todo lo que pasamos, alucino. Nunca estuve triste (que no quiere decir no llorar) y nunca tomé una actitud de enfurecimiento hacía mi familia. Así, cuando tengo dudas de la vocación, o incluso de fe, recuerdo que ya desde pequeño, Cristo me quería para sí.

Es cierto que el tiempo fue pasando, y Jesús me fue descubriendo, poco a poco, y me sigue descubriendo, todo lo necesario para amarLe de verdad. Aunque también es cierto que no siempre me gusta lo que me dice. No quiero dejar de estar unido a aquellos momentos, que son el inicio. Pero hay que evolucionar. Por eso mismo, cada mes de junio, lo veo como un mes "cuaresmal", es decir, un mes de preparación especial para mi encuentro con el Señor. Me gusta comenzar empresas que agraden a Dios.

Este año no había puesto todavía este asunto en manos de la Virgen. Y ayer fue Ella, sin venir a cuento, la que me lo dijo todo. He decidido llamarle el Libro del Encuentro: es un cuaderno, de los de toda la vida, en el que estoy comenzando a escribir pequeñas jaculatorias, pensamientos y ofrecimientos que tengo delante del sagrario, en la adoración del santísimo y después de comulgar. Estos, son momentos especiales de encuentro con Dios y me asaltan pensamientos que me gustaria poder decir cuando llegue a estar delante de El. Lo he empezado con esmero y espero poder continuarlo el resto de mi vida. ¿Qué es lo que hacéis por Dios en este mes tan especial? !Es un momento fabuloso¡

Hermanos, tengo que compartir con vosotros la gran noticia: también ayer recibí la primera respuesta de la Virgen sobre lo que Dios quiere de mí. Es el primer ladrillo. ¡Falta muchísimo por contruir!¡Menos mal que tengo los elementos: Dios, María y voluntad! Ahora bien, enorme empresa quiere de mí. Pedid, os lo pido, por Su Voluntad. Como sabéis, yo os continuo encomendado a María.

1 comentario:

  1. Hola Francisco, me gustaria amar a Dios con todo mi corazòn y servirlo con todas mis fuerzas, pero no puedo,,, Tengo 38 años y mi vida está hecho un nudo y tengo rencor contra Dios. No puedo hablarle simplemente sin sentir coraje contra él. Lo culpo de mis heridas y ademas no quiero enfrentarlas para cambiar mi triste situaciòn y me desanimo ante mis constantes caìdas. Espero ser tu amigo, ya que siento la necesidad de amistades sinceras centradas en Dios y quizá empezar a enamorarme de Dios y confiar en Él. Quisiera decir que estàs en mis oraciones, pero creo que sin ellas de todos modos Dios te cuidará no? No quiero orar ahora. Espero me comprendas. Gracias y te deseo todo Bien.

    ResponderEliminar