Se celebra en Madrid la Misa de las Familias, pero son muchas las que se encuentran rotas y los sacerdotes y personas religiosas más cercanas a ellas, simplemente las ignoran. Es fácil arremeter contra quien no cumple aquello que nosotros consideramos correcto, pero no ayudarles en nada, ni siquiera escuchándolos para saber el origen de sus problemas. A veces, esta actitud de muchos religiosos me recuerda el pasaje evangélico en el que Jesús se dirigía a los fariseos y letrados lamentándose de que "Atan fardos pesados y los echan a las espaldas de los demás, pero ellos ni los tocan con el dedo".
¿Cuantos sermones inconsecuentes hemos escuchado este año? ¿Cuantas veces nos han dicho lo que hay que hacer aquellos que para nada de esfuerzan en cumplirlo?
Es cierto que muchos de vosotros podrías recordarme aquello de "Haced lo que yo os diga pero no lo que yo haga", perfecta excusa de los más hipócritas para justificar sus actuaciones poco edificantes y contrarias en todo a lo que predicaban. Sin embargo, yo os digo a vosotros, a todos los que un día decidísteis seguir a Cristo, a todos los que os estáis sintiendo la vocación, incluso también a los que nos llamamos cristianos, que somos espejo en los que se mirarán los demás, que el comportamiento de una persona consagrada puede servir para acercar almas a Dios o para alejarlas de El para siempre...
Hoy, cuando falta ya muy poco para acabar el año, quisiera dirigirme a cuantos seguís este blog con las reflexiones que aparecen en el vídeo que acompaña. Cerremos el libro viejo de nuestra vida y comencemos el 2013 con la ilusión y la esperanza de cambiar algo de nosotros mismos, sólo así lograremos también cambiar el mundo injusto en el que vivimos.