Queridos hermanos, la verdadera entrega, pienso yo, es el donarse a sí mismo. Desde la libertad que nos ha dado Dios he tomado una determinación esta noche. Ser más libre aún, es decir, ser su esclavo. El dolor está en estos instantes presente en mi vida pero no por ello mi corazón se goza menos por su Resurrección.
Cuando comencé este camino pensé que "siempre será la Voluntad del Señor la que guíe mi vida". Esta máxima creo que es teóricamente buena y bonita. Ahora bien, la puesta en práctica es otra cosa. Yo tenía pareja hasta hace unas horas. Ha sido Cristo, en su infinita Misericordia, el que esta Semana Santa me ha mostrado uno de mis mayores impedimentos para llegar a conseguir esta máxima: mi orgullo. Este pecado tan grande me está consumiendo. Desde hace mucho tiempo sentía en mi alma un profundo pesar cuando estaba con ella. Los ratos en pareja se me hacían cuesta arriba; estaba traicionando mi amor a Dios y la estaba engañando. Pero mi orgullo, el orgullo a reconocer mi equivocación, el orgullo a enfrentarme a la soledad humana (que no espiritual), el orgullo a tener miedo, el orgullo a decirle "perdoname"... y así iba martirizandome por dentro día a día.
El Jueves Santo por la noche, en su inmensa Caridad, delante del Santísimo oí la realidad, mi fallo. Y siguiendo la Caridad que tuvo nuestro Creador he tratado de discernir la mejor manera de exponer la situación. Después de la misa, esta tarde, le pedí al Señor que me diera un corazón fuerte y caritativo para decirle a mi pareja que teníamos que acabar, y a la vez le rogué que le diera a ella un corazón templado y sin rencor, volcado hacia Dios. Y así lo ha dispuesto el Señor. La conversación ha transcurrido en un clima de Amor a Jesús. Y ha habido lágrimas. Un gran dolor se ha apoderado de mi alma pues no sólo sufro yo por la renuncia tan grande, sino la otra persona también. Pero, ¿no es cierto que El sufrió infinitamente más que yo en la cruz?
Sirva este dolor como ofrenda a Dios en reparación de mis pecados y de muchos otros. y a la Santísima Virgen, hermanos, le he pedido que me dé fuerzas para mirar amorosamente siempre la cruz cuando dude, y que me enseñe a quererLo como Ella. Es la primera renuncia que me duele, pero si así lo dispone Dios ¿quién soy yo para negarselo? Sólo tengo una certeza: ser todo suyo. Gracias a esto soy más del Señor, pues estoy cumpliendo su voluntad, y un poco menos de mí ya que tengo menos orgullo, aunque todavía queda mucho. Soy consciente de que quedan muchas más renuncias, y algunas más dolorosas; me aferro a la cruz y le ruego que me siga amando. Os pido vuestras oraciones para que ella no guarde ningún rencor a Cristo por esto.
Y no se nos olvide: CRISTO HA RESUCITADO. Estemos alegres. Un fraternal abrazo en Crito y María de la Esperanza.
Qué difícil es abandonar aquellas cosas que creemos que son nuestras, aún teniendo la certeza de que su sentido es mínimo ante la necesidad de hacer la Voluntad del Padre. Rezo por ti, para que sigas siendo tan valiente. Un abrazo en Cristo Resucitado.
ResponderEliminarFrancisco; adelante. Rezo por vos y me encomiendo a tu oración.
ResponderEliminarSólo con radicalidad podemos alcanzarlo a ÉL.
También me sumo con mis pobres oraciones. No vuelvas la vista atrás, todo dolor se compensa con el tiempo en el amor de Cristo.
ResponderEliminarUn abrazo fraterno!
Hola Hermano!!!tienes mis oraciones, te encomiendo..se por lo q estas pasando, pero has sido honesto y has afrontado la situacion...Recibe mi afecto.
ResponderEliminarTuhermana en Cristo
Te encomiendo a la Virgen y te dejo un link que te puede interesar: http://www.padrebuela.com.ar/pag_res.asp?id=606
ResponderEliminarSi no sueltas la mano de Cristo, ten la seguridad que no serà El a soltarte.
Hermanitos, muchas gracias por estos ánimos. Sin duda sois instrumentos del consuelo del Señor.
ResponderEliminarPido por cada uno de vosotros, para siga ardiendo el Espiritu y vuestros corazones sean templos del Amor. Un abrazo desde Granada.
Me he alegrado de su comentario y se lo agradezco muy de veras.«ESTOY A TU LADO», no sólo significa que vamos caminando juntos en la fe, esperanza y caridad, significa también«Puedo ayudarle si lo desea»
ResponderEliminarReciba mi ternura y ya está en mis oraciones, ¡A delante! Dios le ama.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P