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"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"
Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com
Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com
domingo, 16 de mayo de 2010
La casa de Dios
Hermanos, hoy es el día de la Ascensión. Acabo de venir de misa y no quería pasar este estado de gracia en el que estoy sin plasmar algunos pensamientos que, espero, sirvan para nuestra santificación.
Toda esta semana ha estado impregnada de un olor especial de comunidad. Será por la celebración de San Matías, por la celebración de este día y porque, llevo toda la semana sólo en el piso. Sea como fuere, Cristo nos ha dejado un mensaje que espero entendais.
Anoche en televisión, en la 2 de tve, salió un reportaje bastante profesional del problema del P. Marcial Maciel. Iba a cambiar, pues cada cosa que oía me hacía mucho daño. Como sabéis, tengo amistad con un buenísimo Legionario y sé a ciencia cierta que todo lo que se contaba anoche era cierto. Entonces, pensé que hubiera hecho Jesús en ese momento. Me di cuenta, hermanos, de que El lo hubiera denunciado como denunció a los mercaderes en el templo, como denunció la lapidación... en definitiva, denunció y denuncia todo aquello que no busca la Verdad... Denuncias que, eso sí, siempre las hacía con un Amor enorme. Por esto, dejé el reportaje. Al finalizar me sentía sucio por saber qué había partes así dentro de mi amada (y dolorida) Iglesia.
Esto es muy necesario e incluso, me atrevería a decir, que imprescindible. A veces siento que se nos olvida (se me olvida) que nuestro Dios por quien vela más es por los humildes y los desamparados, que se hace presente en los inocentes y en los que lo buscan de corazón. Por esto mismo, no es posible que a Cristo, nuestro mayor tesoro, lo encerremos en una Iglesia en la que las obras del mal permanecen ocultas. La caridad es nuestro simbolo y "por nuestros frutos conoceran que somos sus discípulos". Nunca quiero olvidar que los cimientos de la Iglesia, nuestros cimientos, fueron débiles y solo fue gracias al Espíritu cómo sobrepasamos todas las barreras. ¿Está ese mismo Espíritu en nuestro interior?
Con todo esto, querídisimos hermanos, no quiero poner mi vocación al servicio de la mentira. Quiero ofrecer mi vocación para el triunfo de la verdad. Me doy cuenta de que este es un período en la historia en el que hace falta más que nunca que el término "casa de Dios" se haga palpable. Así, tenemos que sentirnos en la iglesia y con la Iglesia como en nuestra verdadera y única casa en este mundo, tenemos que esculpir en nuesto interior una casa para el Espíritu y nuestra boca será el megáfono del sagrario de nuestro corazón. Quiero ser casa de Dios, esa es mi vocación, en la que todo el mundo pueda descansar y en la que, sobre todo, se encuentre a Dios reinando.
Os animo y exhorto a todos vosotros a que abraceis la Verdad del Evangelio con un corazón valiente y sincero y a que pongais todas las esperanzas en el cielo. Con la ayuda de María lo conseguiremos.
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Tienes toda la razón.Me habría gustado que hubieses podido seguir el debate que se hizo en TV3, la autonómica catalana, sobre la pederastia y la Iglesia. Una hora y media de debate serio entre personas de todas las opiniones. Las personas de Iglesia, sacerdotes monjas, laicos formadísimos y estudiantes ...LLegaban todos a la misma conclusión. La verdad no puede ocultarse. ese fue el gran error. Y la consecuencia, que esa verdad ocultada, ahora puede hacer que la gente niegue la Verdad. Esa es la gran responsabilidad.
ResponderEliminarFrancisco, tu reflexión es muy certera. un abrazo y ánimo en el seguimiento de tu camino: Joan Josep
A la pecadora que iban a lapidarla por adúltera, Jesús ni tan siquiera la acusó, tan sólo le dijo: vete y no vuelvas a pecar.
ResponderEliminarFrancisco la verdad es perdonar, no hallaremos en todo el evangelio que Jesús denuncie el pecador a quien es acusado por otros hombres.¿Me explico?
«Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra»
ResponderEliminarEsta es la denuncia Amorosa a la que me refería pues fue el mismo Maestro el que nos enseñó tales verdades. Pido por usted, hermana.
Entiendo y comparto totalmente. Me apenan tanto los errores que se ocultan dentro de nuestra Iglesia... Al menos, como diría el P. Zezinho, el hecho de que nuestra Iglesia sea pecadora nos da la certeza de que el Espíritu puede seguir trabajando en ella y su santidad. En comunión de oraciones.
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