Hermanos, disculpadme por este silencio, pero ya están aquí los exámenes y por tanto, más horas de estudio. Sin embargo, a Dios nunca lo dejo, así que, tampoco os dejaré a vosotros.
Sólo quería contaros una conversación que tuve hoy con un buen amigo mío. Hemos discutido el tema de las aspiraciones en la vida. Yo defendí que tenemos que tener aspiraciones, y una sola y única ilusión: hacer la voluntad de Dios, aspirar al cielo, a ser santos a los ojos de El. ¡Menuda barbaridad, qué locura! Toda la conversación no versó de otra cosa. Me causó pesar pero alegría. Un pesar porque tenemos que pedir muchíiiiiisimo más por ellos, que tienen el corazón un poco duro, y alegría porque todavía podemos remediarlo.
Igualmente me pasó con otro amigo que me dijo: no creo que pueda creer en Dios. ¡Cómo se alimenta el demonio de la duda! Yo pensé que me faltaban armas dialecticas para mostrarle la necesidad de Dios... nooooo, pues tengo a Dios de mi lado, ¿¿qué cosa me faltará?? Dios me dio las palabras adecuadas.
Ni a uno ni a otro los hice entrar en razón, pero al menos, cuando lleguen a la Presencia Divina, Dios les podrá decir que pensaron en El unos instantes. Eso me consuela, pero hay que seguir intentado que lo conozcan. Esta es nuestra vocación universal. Mientras, os dejo una canción que me expresa muy bien qué es lo que siento en estos días.
Cerca de ti Señor, yo quiero estar,
tu grande, eterno, amor,
quiero gozar
Pido por vosotros, pedid por mí hermanos. En comunión de oraciones y en devoción en María
Qué bueno encontrarnos nuevamente! Qué bueno que no necesitemos formular argumentos! Emmanuel! Dios con nosotros! Un abrazo fraterno.
ResponderEliminarEstá bien hablar con los amigos de Dios. Recuerdo de mi juventud, que las conversaciones más serias sobre Dios las tube en un pub, por la noche, con mis amigos... Pero la Fe la da Dios. Hemos de amar a todos aunque no crean. Sobre todo, que nosotros no seamos una oposición, la causa de su increencia. Dios, que es todomisericordioso, se hará un día el encontradizo y dirán como nosotros: Creo, pero aumenta mi Fe. Un abrazo y buen trabajo en tus exámenes: Joan Josep
ResponderEliminarFrancisco, cuando yo me convertí tenía 38 años largos, trabajaba en un hospital e intente hablarles a mis compañeros y amigos de lo maravilloso que era volver a tener a Dios....etc....No me sirvió de nada, más que se alejasen de mí. Cambié de tactica...dejé que vieran cómo les amaba en el silencio y vinieron a mí.
ResponderEliminarCon ternura
Sor.Cecilia
Hola Francisco!
ResponderEliminarMe encanta como escribes tus busquedas, tus aspiraciones y desencantos... me veo a mi hace años y a muchos otros que hemos pasado las mismas situaciones. Bienvenido al camino de las bienaventuranzas!
Animo y un abrazo en Cristo
Paula