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"Vocación es un darse a Dios, con tal ansia, que hasta duelen las raíces del corazón al arrancarse" Beato "Lolo"







Me agradará enormemente compartir vuestras alegrías, pero mucho más lo hará el que podamos superar juntos las dificultades que se nos presenten en la que, sin duda, será la mayor aventura de nuestras vidas. Para ello podeis escribirme cada vez que lo deseeis a escalandolacima@gmail.com




martes, 28 de junio de 2011

Lógicamente defraudar

El día del Corpus Christi es uno de los días que esplendor tiene en la Iglesia. Es Cristo mismo el que quiere procesionar por todos los lugares católicos. Cuanta más solemnidad se le dé a la fiesta, mejor.

Ese día se derraman Gracias enormes desde el Cielo, como no podía ser menos, teniendo el Dios que tenemos, que nos ama hasta la locura: no nos puede querer más.

Y es que de querer o no querer va la entrada de hoy. El domingo (o jueves) se vieron los templos llenos de niños y niñas vestidos de primera comunión. Otra muestra más de la importancia que se le tiene que dar a esta Solemnidad. Entre las custodias y las calles engalanadas como nunca, se ven las sonrisas de los padres de esos niños y niñas. En sus familias es un día feliz.

Recuerdo que un catequista de primera comunión le preguntó a un niño qué haría el día de su Primera Comunión.

-Una fiesta que mis padres me están preparando. Y el día del Corpus otra.

Todo era poco para su pequeño. Una fiesta que estaban preparando sus padres...

-Pues en el Cielo ese día estarán de Fiesta Mayor porque Cristo entrará y anidará en tu corazón. Serás como un pequeño Sagrario, una Virgen María a lo diminuto.

Mucho, mucho no lo entendió. Lo único que estaba claro es que sus padres le habían preparado una fiesta. Sus padres... cuanto le quieren. Los padres y madres muy contentos ese día. Estaban contentos porque su hijo daba un paso más en la fe...

Pasaron unos 10 años y el niño quiso no pudo resistir más la llamada de Dios. Había comprendido lo que su catequista le había dicho sobre la Comunión. Amó mucho a Dios y Dios lo llamó para Sí. Quiso entrar en el Seminario Diocesano, para ser sacerdote y poder dar la comunión y hablar sobre ella, y poder traer a Cristo a los hombres... Tenía unos deseos grandísimos de santidad y estaba dispuesto a todo con tal de conseguirlo....

El chico pensó que sus padres, que tanto le habían animado a que hiciera la Primera Comunión, y que tantas fiestas (señal de alegría) le habían preparado, se pondrían muy felices. Al contarlo se encontró con gritos, malas caras, lágrimas... sintió MIEDO. Y sabía que el miedo no era precisamente lo que había traído Jesús al mundo. Así que se armó con la oración y con la confianza del que todo apuesta por seguro. Entró al seminario y se sintió LIBRE.

Al cabo de los años, en su primera Misa lo primero que recordó en la homilía fue a su familia. Les agradeció su postura de no hablarle durante años pues no hicieron más que reafirmar su vocación. Y a continución hizo un llamamiento a los padres que había presentes con sus niños: el día del Corpus que sólo hicieran fiesta si querían lo mejor para su hijo, es decir, la Voluntad de Dios pues - reconoció - muchas vocaciones se pierden por no querer defraudar a la familia. Y es que querer, hermanos, verdaderamente querer, es querer lo que Dios quiere.

Habría mucho que decir, pero está claro que para ser feliz únicamente hay que cumplir la Voluntad de Dios, cueste lo que cueste.

jueves, 23 de junio de 2011

¿POR QUÉ?

PORQUE CRISTO QUIERE Y EL MUNDO LO PIDE A GRITOS

domingo, 19 de junio de 2011

Oración por la vida consagrada contemplativa


Hoy quiero ser breve. Hoy quiero ser más contemplativo.


El corazón de la Iglesia: los contemplativos y contemplativas. Desean ser todo; hacen suya la Palabra, hasta el punto de regar con su oración y sacrificio toda la siembra del resto de la Iglesia. Vida contemplativa: valor a descubrir, tesoro que guardar, custodia que alzar... Corazón del que aprender.


"Ser tu esposa , ¡oh, Jesús!, ser carmelita , ser por mi unión contigo madre de las almas, debería bastarme... No es así... Ciertamente, estos tres privilegios constituyen mi vocación: CARMELITA, ESPOSA Y MADRE." (Santa Teresita del Niño Jesús)

" Sin embargo, siento en mí otras vocaciones: Siento la vocación de GUERRERO, de SACERDOTE, de APÓSTOL, de DOCTOR, de MÁRTIR. Siento, en una palabra, la necesidad, el deseo de realizar por ti, Jesús, las más heroicas acciones..."(Santa Teresita del Niño Jesús)

En definitiva, ser contemplativo, ser todo para llegar a todos, para llegar al Todo: ser como María. Hoy nos toca rezar por ellos, que ellos siempre rezan por nosotros. Os encomiendo a Ella, Nuestra Madre, María.

martes, 14 de junio de 2011

¿Qué pensaban en el siglo XVII del sacerdocio?

Hace dos días, el 12 de junio, se cumplían los 399 años del nacimiento de la madre Antonia de Jesús, OAR, fundadora en proceso de beatificación.

Ya he publicado varias cosas sobre esta monja del siglo XVII que inició la recolección agustina inspirada por los escritos de Santa Teresa de Jesús. Leer su única obra, "Las fundaciones", es una aventura espiritual que pone en su sitio las realidades del alma. Con un criterio buenísimo, la madre explica muy sencillamente toda su vida de entrega a Dios, en biosíntesis con la realización de la Voluntad de Dios en las 4 fundaciones (que perduran hoy día).

Una de las virtudes más resaltada en la madre es su amor al Magisterio y a los sacerdotes. En este mes tan sacerdotal, nos dice la autora de "Las fundaciones",

"Un sacerdote dijo de mí a una señora un día: Mire, señora, no deje entrar a esta embustera en su casa. Yo así que lo oí, me arrojé a sus pies, porque era religioso y sacerdote, y díjele: Padre mío, por amor de Dios, perdónem si acaso lo he ofendido en algo que yo no sepa conocer, porque siempre lo he estimado mucho, y he deseado servirle."

Recuerda tanto este episodio al del padre Pío cuando le comentaron que su Obispo lo criticaba... Amor por encima de todo al sacerdocio, por encima de todo... ¡Qué exagerado parece en este tiempo un amor tan extremo! Sin embargo, ¿quién no ama a quien tanto ama Dios? ¿quién no ama a quién hacen posible que el perdón y la Eucaristía vengan a nosotros? Pero la madre insiste:

"El medio más eficaz que las almas pueden poner es el frecuentar la Sagrada Comunión, y así, los confesores que a las almas que gobiernan las encaminan por este camino, las harán que lleguen más aprisa a la perfección."

"Los que dejan de hacer alguna cosa del servicio de Su Majestad por sujetarse a la obediencia de sus ministros y rinden su juicio, no por eso pierden la virtud, antes dispone Dios el sacar de este rendimiento muchos aumentos en las mismas virtudes que deseaban."

Tenía un conocimiento enorme de las virtudes que un sacerdote debe tener para dirigir almas. Santa Teresita escribe lo mismo en su "Historia de un alma". Y al igual que ella, amaba tanto a las almas que valoraba enormemente el bien tan grande que puede hacer un sacerdote:

"...que alentase a todos a la frecuencia de la Sagrada Comunión, que decía: Quien fuera tan dichosa que pudiera subirse al púlpito y dar muchas voces diciendo a todos: COMULGAD, COMULGAD a menudo los que queréis enmendar vuestras vidas, que en ésta Señor hallaréis, Maestro y Guía, y todo vuestro bien y remedio de todas vuestras necesidades."

Pero las cosas, en extremo, salvo el Amor a Dios, se convierten en verdaderos enemigos del alma. Por eso con acierto afirma que:

"No tengo mi confianza puesta en el Señor Arzobispo, sino en Dios, y Él me ha de ayudar."

Estos son sólo algunos extractos de toda la obra que la madre escribió por obediencia. En las contadas ocasiones que he aprovechado este blog para animaros verdaderamente a moveros ha sido porque realmente era algo de lo que podemos sacar mucho provecho espiritual. Esta es una de esas ocasiones: leed este libro, conoced a la madre Antonia de Jesús y rezad para que el milagro se dé pronto y podamos venerarla como beata.

Cualquier información, estampas u obras en:

corpus@valnet.es

CONVENTO CORPUS CHRISTI

C/ Gracia, 9 GRANADA

sábado, 11 de junio de 2011

"Siembras mucho y riegas poco"

"Unirse al corazón de Cristo". Así empieza la petición del Santo Padre este mes por los sacerdotes.

Cuando estaba en pleno discernimiento conocí a un seminarista muy joven. Ya apuntaba maneras: se entregaba del todo a los demás, no se reservaba nada. Además, era inteligentísimo. Estuve en su ordenación.

Su primer destino fue una gran parroquia de la capital: muchísimo trabajo, muchas misas, mucha gente joven, mucha indigencia. Recuerdo que a escondidas daba de desayunar a los que se acercaban a pedir algo de limosna. Se quedaba sin dinero, y claro, su familia tenía que ayudarle.

Al poco tiempo, dijo que lo dejaba todo y que quería estudiar una carrera. No quiso saber nada de nadie. La única forma que tenía de saber de él fue por su familia. Y hasta hoy.

Al poco tiempo, dos sacerdotes y compañeros suyos también decidieron abandonar el sacerdocio y así lo hicieron.

He pensado mucho el por qué de estas decisiones. Y no ha sido hasta leer las palabras del Papa cuando lo he entendido. Unirse al Corazón de Cristo... al Corazón... el corazón del sacerdote como el de Cristo... Sin duda aquí está la clave: amar como Él a Dios y a los hombres. ¿Qué ocurre si no cuidamos la vida de oración? Podríamos hacer muchos cosas, pero todas en vano. Como le dijo la Virgen a Santo Domingo de Guzmán: "Siembras mucho y riegas poco."

Me da la sensación de que vivimos muy humanizados, muy "laicados". Cuantas más cosas hagamos para que los seglares nos sintamos parte activa de la Iglesia mucho mejor. Pero tengo que confesar que en contandísimas oraciones he oído a un sacerdote hablar de Dios fuera del templo. "De la abundancia del corazón habla la boca." (Lc 6, 45) Y rezar... en tres ocasiones en toda mi vida, que yo recuerde.

No es malo, muy al contrario, el trabajo por la integración de los seglares; es muy necesario. Pero, hermanos, la oración lo riega todo, lo colma todo, lo ama todo.

Me crucé hace unas semanas con este amigo que abandonó el sacerdocio. Estaba acabando estudios, muchos proyectos... pero le noté triste. "Cuando quieras puedes llamarme y charlamos. Ya sabes, ante todo busca primero la paz." Sonrió, me dijo que tenía prisa... "Pediré por ti." Y hasta hoy. ¡Cuánto sufrimiento innecesario, hermanos!

Os encomiendo a María.

miércoles, 1 de junio de 2011

Tres cosas a cuidar


“Para que los sacerdotes, unidos al Corazón de Cristo, siempre sean verdaderos testigos del amor solícito y misericordioso de Dios”

Esta es la intención general del Santo Padre para el mes de junio, que como todos sabéis está dedicado especialmente al Sagrado Corazón de Jesús. ¡Qué necesario es pedir al Señor por esta intención!

Primero.- UNIRSE AL CORAZÓN DE CRISTO

Esto no es otra cosa que "configurarse con Cristo en la Cruz".


Segundo.- SIEMPRE SER VERDADEROS TESTIGOS

El sacerdote no puede perder de vista su misión: imitar a Cristo en su vida y darlo a los demás. En definitiva, ser testigos en medio del mundo.


Tercero.- AMOR SOLÍCITO Y MISERICORDIOSO DE DIOS

Fundamentar toda la vida y la muerte en el Amor de Dios, que no es un amor cualquiera: pide mucho pero da más.


Ha querido el Señor ponerme a lo largo de estos años a muchas personas con vocación sacerdotal. Algunos se han lanzado a vivirla plenamente, e incluso algunos pocos han sido ordenados pero han acabado abandonando su vocación. Durante este mes iré contando alguna de estas experiencias pues, como el Papa propone, uno de estos tres factores falla en muchas.